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Un adolescente  de unos 12 años llegó corriendo a un hermoso parque repleto de majestuosos cerezos y una bella fuente. Estaba muy enfadado con su padre por su reciente casamiento con la que el consideraba la mujer más molesta del mundo. El problema no era que se volviera a casar más bien era que habría descubierto recién que su padre se había enredado con Isayoi mientras estuvo con su madre y no solo eso, también habían procreado un hijo que menor que el, al  cual odiaba solo de ver su cara sonriente e infantil.

Lo peor de todo es que su padre ni siquiera consideraba sus sentimientos. Ahora entendía por qué la indiferencia para con el, toda su atención era para el cretino de Inuyasha. Furioso se arrancó el collar que le había regalado su padre cuando tenía 5 años y lo lanzó con todas sus fuerzas. El collar aterrizó en la gran  fuente chaspoteando agua a su alrededor.

"Ojalá pudiera desaparecer para siempre" pensó con ironía "Estoy seguro que el ni siquiera le importaría"

Se había escapado del chófer a la salida de la escuela y había tomado una ruta indefinida. Cuando a lo lejos vio aquel gran parque sintió que ahí debía estar y se desmontó. No tenía idea de donde estaba y en ese momento tampoco le importaba mucho saberlo. Probaría a su padre y vería si en verdad este podría llegar a importarle si el estaba o no. Había muchas cosas que quería entender  como ¿por que su madre le había abandonado? Es decir, ella solo se había esfumado del mapa y dejado con su padre sin ninguna nota o preocupación por su porvenir. Sesshomaru nunca conoció lo que era la palabra amor, su madre lo trataba con frialdad y su padre lo ignoraba.

Estaba tan sumergido en sus pensamientos que cuando escuchó un sonido como de grito muy agudo se sobresalto de tal manera que calló del banco y aterrizó en la grama. Sin hacer amago de levantarse buscó la fuente de aquel chillido y lo que vio no pudo importarle menos.  Habían unos chicos entre 12 y 13 años, 4 varones y una chica que rodeaban a una pequeña niña, pero por mucho más que ellos, quien hacía ademanes para evitar que la molestarán.  Sesshomaru notó que la niña era muy baja de estatura por lo que suponía que no pasaría de 6 años.

Como el no era ningún súper héroe, se levantó con intenciones de marcharse a un lugar más tranquilo dónde encontrara la calma. Avanzó unos pasos cuando de repente volvió a escuchar el chillido y esta ves más cargado de desespero y dolor. Se detuvo, suspirando se dió la vuelta y volvió a mirar la escena. La niña estaba tirada en el suelo de concreto retorciéndose de dolor por lo que al parecer era su rodilla lastimada mientras que los chicos reían a carcajadas. Volvió a suspiró pensando que al final tendría que intervenir de todas formas. Se remango las mangas de su suéter gris hasta los codos mientras se encaminaba hacía ellos.

Si algo odiaba más que a Inuyasha e Isayoi, era a la gente molesta.

-- Valla, valla, pero mira que tenemos aquí__ dijo lo bastante alto como para llamar su atención. Las risas cesaron de inmediato y todos los ojos se posaron en el exceptuando los de la pequeña niña de rulos castaños quien seguía sollozando en el suelo -- ¿Por qué no buscan a alguien de su tamaño?

Ellos se miraron entre sí como preguntándose " y este quien es" al final el más alto de ellos salió al frente con una sonrisa de autosuficiencia.

-- ¿Quien eres tu?__ preguntó mientras le daba la vuelta observándolo.

-- Que te importa__ contestó sin moverse ni un centímetro ante la obvia intimidación.

El chico en el cual era un centímetro más alto que el se detuvo frente al albino y lo analizó a fondo. Sesshomaru también pudo notar que tenía ojos azulados, cabello negro y su cuerpo era bastante esbelto.

-- Eres irrespetuoso__ comentó cruzándose de brazos -- ¿La conoces?_ preguntó haciendo un movimiento con la mandíbula en dirección a la niña, Sesshomaru no habló y el chico interpretó eso como un no -- ¿Entonces por qué te metes en lo que no te importa?

Amor Ponzoñoso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora