Debía admitirlo, desde mi llegada al BIC, el rostro que más llamó mi atención fue el de Kimball Cho. Aquella mirada tan fría, era solo una evidente mascara. Tenía el presentimiento de que Cho podría llevar muchas sorpresas consigo. Era, sin dudas, una persona muy difícil de leer.
Lisbon, Van Pelt y Rigsby eran bastante predecibles, y al poco tiempo ya había averiguado bastantes cosas. Algunas se las dije, y otras tantas las guardé para mí, pues podrían servirme a la hora de querer algún favor por parte de ellos. Pero, aquella armadura que Cho ponía para que las personas se alejaran, era realmente muy efectiva. No había descubierto mucho sobre él, solo lo evidente. No le gustaba compartir sus emociones, era una persona muy reservada, y defendía sus ideales y a la gente que consideraba cercana.
Pero no me iba a rendir tan fácil. Ninguna persona se escapaba de mí.
Comencé a observarlo con mayor interés. Cada que tenía la oportunidad, iba con él a algún interrogatorio, o a vigilar a algún sospechoso, ahí pude descubrir algo más de él: Le gustaba leer. Siempre llevaba un libro en el auto y aunque él dijera que era solo para matar el tiempo, las expresiones mínimas que hacía cuando leía eran muy reales, se notaba lo mucho que disfrutaba de la actividad.
Y así, poco a poco, mientras más lo seguía, más detalles notaba en él. Hasta que me di cuenta que ya no lo observaba con el fin de derribar su muro invisible, lo observaba simplemente porque era algo que disfrutaba.
Con el tiempo el interés, la curiosidad con la cual había comenzado ya no era el mismo, este era un interés más intenso, uno que hacia mucho tempo ya no había sentido, y que no estaba seguro de volver a querer aquello.
Tomé la decisión de alejarme. Dejé de seguirlo, y evitaba estar en las oficinas para no verlo, quería despejar mi mente. Estaba seguro de que todo se quedaría ahí pero, no fue así. Las ansias de seguirlo me atormentaban.
Si bien, durante tres días había logrado mi objetivo de alejarme de Kimball, para el cuarto día fue imposible.
Aquel día de trabajo en el BIC, iba a salir para hacer una investigación a mi modo, sin nadie que cuestionara mis métodos, sin embargo cuando ya estaba fuera, listo para entrar a mi auto, una voz grave me detuvo.
― ¿A dónde vas? ―Preguntó Cho. Estaba detrás de mí con los brazos cruzados.
―Solo iré a dar un paseo.
―Iré contigo.
Estaba por negarme, pero antes de que pudiera decirlo, Cho ya se estaba acomodando en el asiento de copiloto de mi auto.
Me quedé pensativo por un rato. Antes él hubiera sido el primero en evitar que yo hiciera algo que pusiera en vergüenza a Lisbon, siempre estaba al pendiente de mis movimientos en caso de que provocara algún problema, pero después de haber pasado mucho tempo junto a él, supongo que se había acostumbrado a mi presencia y podía atreverme a decir que incluso la disfrutaba, pues ya no trataba de alejarme, y él mismo me pedía que lo acompañara a cumplir con sus actividades e interrogatorios. Se podría decir que éramos el balance perfecto, y a parte era la única persona en el BIC que confiaba en mis trucos sin antes regañarme. Me dejaba hacer lo que yo quisiera, e incluso me defendía en algunas ocasiones.
Finalmente entré al auto y me dispuse a manejar en silencio. Ninguno de los dos hablaba a menos que fuera necesario y en cuanto terminé de hacer mi "investigación" tomamos camino al BIC.
― ¿Qué te sucede? ―Preguntó sin apartar la vista del frente. Parecía que que era él quien estaba manejando.
―No sucede nada ―Respondí tratando de sonar lo más indiferente posible. Lo miré de reojo para ver su expresión. Era la misma de siempre.
―No dijiste ni una sola palabra e todo el camino, eso no es normal en ti.
―Bueno, tampoco es normal que tu inicies una conversación ―Esta vez sí lo volteé a ver rápido. Solo lo vi un par de segundos y después me volví a concentrar en el camino― N me pasa nada, solo tengo una leve migraña ―Respondí cuando él ya no insistió en preguntar.
Después de eso, ninguno de los dos volvió a decir algo. El resto del camino fue silencioso.
A penas llegamos al BIC, yo fui a paso apresurado a mi sillón. Cho fue detenido por uno de los agentes, para preguntar algo. Poco rato este entró a las oficinas y vi que se aproximaba a mi cerré mis ojos, fingí estar dormido para que él se alejara, sin embargo, sentí como él estaba de pie cerca del sillón. Sentía su mirada fija en mí. Aquellos segundos parecieron eternos.
―Cho ―Por fortuna, Lisbon se aproximó a él―Necesito que vayas con Rigsby a interrogar a la familia del sospechoso ―Hubo una pequeña pausa, seguramente Lisbon ahora me observaba también ― ¿Qué está haciendo Jane? ¿A caso está durmiendo?
―Sí, se sentía mal, ¿Lo despierto? ―Aquella pregunta se había escuchado más forzada. Parecía que se había arrepentido de hacerla.
―Mientras no nos cause más problemas está bien que este dormido ―Dijo Lisbon.
Después de eso, escuche que ambos se alejaban.
Seguí con los ojos cerrados, solo para ser precavido. Pero sin darme cuenta, poco a poco me fui quedando dormido.
―Jane ―La voz de Cho se escuchó entre mis sueños ―. Jane, despierta. Ya no hay nadie.
Lentamente, mientras me terminaba de despertar por completo, me fui sentando. Pude observar que la oficina estaba vacía. Solo quedábamos Cho yo. Él había llevado una silla para sentarse cerca del sillón. Tenía una taza en su mano y bajó su mirada, yo la seguí y pude ver, en la mesa que estaba en el centro, mi taza azul llena de té.
― ¿Tú lo hiciste? ―Pregunté sorprendido. Definitivamente esta acción de Cho jamás me la hubiera imaginado.
―Tómalo antes de que se enfríe.
Sin quitarle la vista a Cho, tomé la taza. Él se mantenía observando su taza, hasta que alzó su mirada y se encontró con la mía.
― ¿Qué sucede? ―Preguntó sin apartar su vista de mí.
―Nada ―Le di un sorbo al té, solo para dejar de verlo. Vaya sorpresa que me llevé al ver que era un té bastante decente. ―Es muy bueno.
―Apresúrate, aún tengo que llevarte a casa antes de poder ir a la mía.
Casi me ahogo con el té al escuchar eso.
― ¿Llevarme a casa?
―No trajiste tu auto ¿cierto?
―No, pero yo puedo...
―No seas terco. Estás enfermo.
―Solo fue un dolor de cabeza no es nada...
―Te espero en el auto ―Se puso de pie.
Sin más, salió de las oficinas dejándome sin habla.
¿A caso él se estaba preocupando por mí?
+++++
Bueno, bueno.
Este es uno de los ships mas raros que me han gustado, y al ver que no hay muchos fics sobre ellos, decidí hacer uno. En realidad es un Two Shot, así que esta es la primera parte.
Espero que lo disfruten mucho aquellas personitas que tampoco pudieron evitar shipear a Cho y a Jane (Sé que no soy la única)
Gracias por leer y no vemos en la segunda parte u.u.

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Acostumbrado a tu presencia |Kimball x Patrick| Two Shot
FanfictionDesde su llegada al BIC, Patrick sintió curiosidad por Kimball Cho, deseaba conocer más a fondo al agente, por lo que decide mantenerse cerca de él pero, con el tiempo, se da cuenta que no solo es curiosidad lo que siente por Cho. Esta historia es c...