Bajando de la nube
Cristal roto en la laguna, que reflejo una pradera estrellada de aquella flor inoportuna, pintando un cielo lleno de dudas, momento de sol cuando regreso la luna.
Callando de una mentira, vio caer toda su vida, ríos de promesas que dejo todo en ruinas, altar de rosas que lastimo a la única que nunca quito sus espinas.
Camino de oro que lastima más que una opia que genera una herida genuina, una marca de plata con sensación de luna invernal, una tormenta nocturna a la cuál no se le escucha cesar.
Un cementerio lleno de recuerdos, y una tumba donde se le escucha gritar, cascada de espinas que te incita a nadar, un invierno obligado a volver después de no querer lastimar.
Lento despertar al cual la luna no quiere mirar, inmortal diamante que solo sabe brillar, valle, perlado, añejado y flébil, guía de estrellas que aprendió a sonreír.
Y una nube gris que siempre estuvo ahí, ahora volviendo a subir, pero esta vez no se le ve sonreír, bella laguna de cristal que al final solo sabía lastimar.