Antes de comenzar esta historia, recomiendo hacerlo con cascos o con algún dispositivo que os permita escuchar música, ya que a continuación os voy a dejar algunas recomendaciones para tener de fondo (si os gusta) mientras leéis. En caso contrario, podéis escucharlas después.
Aquí os dejo el enlace de la lista de Spotify que he creado: https://open.spotify.com/playlist/1xmcgzYVJCVqCfCYqaxtqa?si=cffd0fd94e614730
¡Que la disfrutéis!
Habían pasado muchos siglos desde la última vez que tuvo el privilegio de saber sobre aquella joya. Largos días, semanas y meses en su búsqueda donde el cansancio emocional y físico lo habían llevado en más de una ocasión hasta el límite. Ahora, tras lo que creía que habían sido alrededor de cinco siglos, había encontrado el primer rastro de uno de los medallones de Sasira.
Lo había encontrado por pura casualidad, tras haber asaltado un barco repleto de pasajeros de alta cuna, dando con aquella invitación en uno de sus bolsillos.
- ¡Edward! - lo llamó Samir, su mejor amigo y su mano derecha.
Samir lo había acompañado durante años y lo había ayudado más de lo que estaba dispuesto a admitir. Era un hombre grande, de hombros anchos y tez morena, que, con su ruda apariencia y sus fuertes brazos cubiertos de tatuajes tribales, hacían que hasta el más valiente rezara a los dioses por piedad.
- ¿Qué es eso? - le preguntó Edward al tiempo que cogía la carta.
Abrió el sobre e intentó concentrarse para leer su contenido, pero los quejidos de los nobles se lo estaban poniendo difícil. Su tripulación los había reunido a todos en la cubierta y estaban registrando sus chaquetas y bolsos. Eran las mujeres quienes más escándalo estaban haciendo.
- ¡Silencio! - gritó con enojo.
Por un momento, hasta las olas dejaron de chocar contra el casco de la embarcación para así no enfadar más al capitán de El inmortal, uno de los navíos piratas más temidos por los reinos.
Ahora que había silencio, Edward comenzó a leer el contenido de la carta. Por el aspecto que tenía, podía afirmar que se la había enviado otro noble. Uno mucho más importante que él, pensó. El sobre era de un impoluto color blanco, sellado con el escudo de algún richachón. En el reverso se encontraba el nombre del receptor: Vizconde Louis. Los bordes de la misma estaban adornados por un filo dorado y todo el contenido estaba escrito con una letra cursiva bastante extravagante.
"Vizconde Louis,
Queda usted invitado a la gran subasta secreta del Marqués Aubert, realizada en su residencia de Droria, capital de Askia, el décimo tercer día después de la próxima luna llena.
Los tesoros que saldrán a puja en esta ocasión serán:
· Cuatro esclavos, siendo dos de ellos mujeres jóvenes aún vírgenes.
· Muebles importados del gran artesano Huan Yue, donde se incluyen:
o Un armario de caoba tallado con temática forestal y acabados en oro.
o Un juego de sillas y mesa de comedor.
o Librería.
· Librería de pino.
· Un antiguo medallón dorado encontrado en unas excavaciones del reino de Babraria.
Por último, recordarle la importancia de no perder esta carta. En caso contrario, no se le permitirá el paso a la subasta.

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La maldición de Balagos: los medallones de Sasira
Romance"Yo te maldigo Edward Brown. La nuestra será una batalla eterna." Esas fueron las últimas palabras de Balagos, el malicioso dragón que Edward tuvo que sellar. Tras la batalla, fue maldecido por él, condenado a vagar por el mundo, cargando con la pen...