LUZ Y OSCURIDAD - METAMORFOSIS

CAPÍTULO 19

    Todo era blanco, con un brillo encandilador y limpio. No dolía en los ojos, era lo único que podía observarse y sentirse como una sensación de frescura. Con delicadeza, la claridad empezó a desvelar formas, eran pinos muy altos y rocas que sobresalían entre la nieve que forraba aquel lugar.
    No sentía frio en aquel lugar. Era extraño, cálido y reconfortante al mismo tiempo. Como si tuviera experimentando algo por primera vez desde su niñez.
    —Lo que sientes es paz Tyler. Nunca la has sentido desde que fuiste un niño. —Dijo una voz en su mente.
    Tyler volteó su cabeza a todos lados para descubrir de donde provenía la voz. Lo único de lo que se percató fue de su ropa. Tenía puesto una camisa blanca de botones, la tela ligera dejaba pasar la corriente de aire entre ella y su cuerpo. Su pantalón estaba hecho de la misma tela fina y sus muñecas estaban rodeadas de una cinta dorada.
    —¿Estoy muerto? —preguntó, mientras seguía buscando con la mirada aquella voz.
    —Tyler Bass... —el blanco del cielo se removía en ligeras ondas cuando la voz hablaba—. ¿Recuerdas lo que pasó en este lugar? 
    Tyler miró con detenimiento. Se tornó y miró la circunferencia que ardía entre pequeñas llamas de carbón encendido con líneas de humo en el piso.
    —No recuerdo. Solo recuerdo haber tocado una pluma que levitaba en el aire.
    —¿Recuerdas algo mas después de haber tocado la pluma?
    Tyler meditó un momento. No encontró nada en sus pensamientos. Ni un solo indicio de lo que pudo haber pasado en ese lugar.
    —Supongo el ángel que impactó conmigo murió en el acto. Su pluma fue lo único que sobrevivió. Tú... ¿lo conoces?
    —Soy un ángel mensajero Tyler... mi nombre es...
    Un horrible estruendo se escuchó en el cielo, interrumpiendo las palabras del ángel incognito que se ocultaba entre las nubes. Como un trueno de gran magnitud.
    Tyler despertó de su sueño, colocando con rapidez sus manos encima de sus piernas. Una vez calmada su respiración, reconoció su habitación. Se escucho un silencio raro en el ambiente, ni si quiera el canto de los pájaros podía apreciarse, sin embargo si reconoció la voz de sus amigos en el piso de abajo. Con las medias puestas bajó las escaleras, tenía puesta una piyama blanca.
    —Hey —Le saludó Oliver al verlo.
    —¿Estás bien? —Rufián quiso detenerlo, pero no pudo. Tyler deslizó la puerta de vidrio de su patio y se detuvo afuera. Los demás lo siguieron.
    —Escuchen. —levantó su dedo índice.
    —No se escucha nada. —Rufián respondió con obviedad.
    De improvisto, un cuerpo inerte cayó con fuerza frente a ellos. Impactó el suelo de gran manera que parecía que pasaba cien veces su estado físico. Era un hombre de pelo ligeramente ondulado su torso estaba desnudo y boca abajo, pero lo que más llamó la atención de todos fueron las extremidades que se enganchaba de su espalda. Eran dos alas grises que reposaban junto con él. Alrededor de aquel ser se formó un circulo al estrellarse. Yacían partículas de fuego y humo emanando del piso de la misma manera que en la visión de Tyler. Segundos después vieron el cuerpo consumirse en fuego hasta desaparecer ante sus ojos. Lo único que quedó de aquel ser celestial fue una pluma que levitaba en el aire. Pero sin aviso, todo se invadió de una luz blanca. Fue un rayo,  destruyo la pluma ante los ojos de todos, dejando en su lugar una estela de humo.
    Finalmente todos los sonidos volvieron a escucharse, el canto de las aves, las cornetas de los carros a la lejanía. Inclusive... el viento.