Narra Grecia Evans
Se sentía como años, años que no sentía está sensación, de tranquilidad. Me sentía calientita dónde me encontraba, abrí mis ojos, y me encontré con esos orbes color miel claros que tanto amaba
Me senté de golpe, mire a mi alrededor, estaba en la sala, sobre el sofá
—Grecia, Grecia —gire mi cabeza y lo ví
Me eché hacía atrás al ver que extendía su mano en mi dirección, me levanté del sofá enseguida, al hacerlo casi caigo, pero mantuve el equilibrio, lo mire nuevamente
—Fabián —susurré
Estaba de cuclillas en el suelo junto al sofá, pero al levantarse tuve que alzar mi mirada también para verle completamente
Negué varias veces
—Tu...
En un rápido movimiento me rodeó con sus brazos, quedé atónita, sin corresponder a su gesto. Mis ojos a llenaron de lágrimas y sentí mis mejillas mojarse enseguida
—Soy yo mi amor —se separó de mí y tomó mi cara entre sus manos —Estoy aquí... —negué —Si, mírame
Tomó mi mano y la puso sobre su mejilla. Me acerqué a su pecho y olí, el aroma de mi marido, lo reconocí enseguida
—Pero... —lo mire a los ojos —¿Cómo es posible? —mi voz se quebró —No puedo creerlo. —mis ojos recorrían toda su cara —Sabía…sabía que
No me dejo terminar ya que estampó sus labios contra los míos, el beso era pausado pero prepotente, eran sus labios. Esa forma de besar, solo él podía besarme así. Cerré los ojos ante tal sensación de hogar, y nos fundimos en un verdadero beso
El mejor de todos...
Nos separamos y quedamos frente a frente, acarició mi mejilla con cuidado y con sus ojos examinó todo mi rostro
—No estás muerto —dije y solté otras lágrimas
—No —beso mi frente —Perdóname
—Sabía que vendrías yo..
[...]
Estábamos en la sala nuevamente, estábamos frente a frente, no tenía palabras, no paraba de mirarlo, se veía cansado la verdad. Suspiré y él comenzó a hablar
—Antes de salir de la cárcel, hablé con Albert, y me amenazó con hacerte daño. Acepté ir con él y fingir mi muerte. Fue para protegerte
Noté que muchas cosas no me las decía claramente, pero estaba sorprendida que no quise indagar más
—¿Te das cuenta de lo que hiciste? —dije
Me sentí un poco traicionada. Lo sé, lo hizo para cuidarme, pero sabía cómo me dejaría una noticia así, e igual lo hizo...
—Perdoname yo...
—¡Te extrañe! —me levanté del sofá alterada y rodeé el sofá —¡No sabes cuánto he llorado! ¡Maldita sea! —grité con frustración —Sentí que moría
Él se levantó y se acercó a mi. Intente alejarlo pero tenía muchas fuerzas que yo
—Lo hice porque te amo —dijo y me quedé quieta. Tomo mi rostro entre sus manos con firmeza —No iba a dejar que algo te pasará ¿Entiendes?. ¡Regresé!, Volví por ti. Por qué no puedo vivir sin ti, Grecia
Lo abracé nuevamente, pero esta vez más fuerte que la vez anterior. Solté otras lágrimas y solo me aferraba a él como una niña
—Te amo —dije
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Una Vida a tu Lado
RomanceUn matrimonio por contrato. Grecia ha sido obligada a casarse con un desconocido para salvar la empresa familiar, pero lo que no sabe es que en realidad sus padres la obligaron a eso para poder salvarla de un enemigo. Al conocer a su esposo, se lle...