Un día en la tarde cuando hacía un clima perfecto, no asía frío ni calor, las calles estaban solas, perfecto para poder salir. Eso hizo, Alan salió a llamar a sus amigos para para poder jugar, Ana, Zoey y Jack. Después de salir de vacaciones no tenían muchas cosas que hacer, podían quedar horas jugando, como cualquier niño.
Salieron a jugar pelota en una casa serca de donde estaba la zona donde vivían, como en la casa no habitaba nadie, podían jugar con tranquilidad, aunque la casa era algo grande, vieja y tenia un toque espeluznante, siguieron estando ahí.
La puerta era también vieja como el resto de la casa, estaba algo oxidada y parecía que se caería en cualquier momento por su estado.
Uno de eyos choco con la puerta al momento de pasar la pelota, haciendo que la puerta se abra; se escucho un crujido al abrirse, la pelota cayó adentro de esta, uno tenía que ir a por ella.
Se veía por dentro como estaba de descuidada, había telarañas y mucho polvo, además de que era bastante oscuro, solamente había una vela que parecía recién encendida, la cera de las velas de derrite, si nadie la habitaba, no era posible que este así tanto tiempo.
Los demás se negaron a recogerla, Alan y Zoey fueron a por la pelota, eran los más valientes de su grupo y los más mayores.
Al entrar y recogerla, se escucho como la puerta se cerró, con ellos dentro, haciendo que se vea aún más oscuro, con solo la iluminación de la vela.
- ¿Chicos? - pregunto Zoey, pensando en que tal vez les estaría haciendo una broma.
Alan intento abrir la puerta con las fuerzas que tenia, asta intento gritar a los demás para que les abran, pero ninguno respondió.
- Yo vi una puerta por el lado del patrio, vamos para aya. - Le dijo Alan a Zoey, recordando la vez en la que cruzó por la casa.
Estaban caminando por la oscuridad, cuando Alan tropieza con una caja al no poder ver, de la nada se prendieron las luces de la casa, lo cual no tenia sentido, las luces eran demasiado potentes, se pudo ver con claridad las fotos de la caja, eran de una criatura rara, con ojos grandes, como un lobo, como una ave gigante y como un duende, era demasiado extraño, casi indescriptible.
Alan soltó un grito al ver las fotos de ese ser, que le causó un miedo grande, por más que sea valiente. Los dos se fueron corriendo a la salida que decía Alan, las luces explotaron, dejando la casa nuevamente oscura con solo la vela encendida.
Salieron aterrorizados, el clima cambió completamente, pasó de ser una tarde agradable a una noche tormentosa y aburrida.
Los cuatro fueron a su casa, Alan y Zoey no les dijeron nada al respecto de eso, lo dejaron en secreto. Pero Alan, cuando intento dormir, no podía, las imágenes de ese lo atormentaron toda la noche haciendo que no durmiera nada, se quedó callado al día siguiente, lo cual preocupo a sus padres, además de las ojeras que tenia, el normalmente dormía bien toda la noche y no tenía complicaciones.
Al no poder quedarse tranquilo, Alan decidió ir a investigar la casa sobre eso, también vio más fotos pero esas no las vio bien, fue con una linterna y una bolsa, quería tener pruebas de que vio eso.
Entro con la linterna encendida, la vela seguia en el mismo sitio, la igual que las fotos, que estaban desparramadas en el piso, las guardo en la bolsa, tuvo que aguantar sus miedos por aquel moustro.
Entro a una habitación, donde estaba un cartel, con más fotos de el moustro, pero había una foto de su amiga, Ana, descubrió que tenía algo que ver el moustro y su amiga, pero no sabia que.
Escucho un ruido extraño que provenía de el piso de arriba, era igual que de un perro, pero de manera macabra, se escuchaba apresiadamente como eso estaba haciendo ruidos extraños, que parecian de dolor.
Quería investigar eso, pero se escucho un fuerte ruido después de un grito de un grito de dolor, pero esta vez de una persona.
- Aquí tienes, como lo pediste. - Dijo una voz reconocida, de una niña. Ana, era ella la que hablaba.
- ¿Te tardaste tanto, en esta miserable cosa? - Hablo alguien, Alan tenia curiosidad de saber que era, pero estaba a la vez asustado de que lo descubrieran.
Se golpeó la cabeza con un armario, el cual se escucho bastante fuerte.
- ¡¿Que fue eso?! - Hablo el mismo, tenia una voz molesta, Alan sintió un escalofrío al escucharlo decir eso.
Antes de intentar escapar, golpeó el piso bastante fuerte, como la casa era muy vieja no resistió, se rompió el piso, dejando un enorme agujero en ese lugar.
Grito bastante fuerte e enojado, a Alan le dio un gran escalofrío, estaba bastante asustado, y más por pensar que moriría.
Vio como el hombre se combertia en el moustro, era una imagen orrible, el moustro agarro con una de sus garras a Alan, estaba paniqueado, nisiquiera sabía que hacer.
Mientras que Ana estaba viéndolo todo, lo estaba traicionando, aunque no era exactamente una amiga de él, igual sentía una traición de ella.
- Mira, no soy un esquizofrénico almenos. - Fueron las últimas palabras de Alan, para ser devorado por el moustro.
Un moustro de 3 metros, que realmente era el cambiaformas caníbal, un caso que nadie se atrevió a descubrir, nisiquiera los fanáticos de lo paranormal.
Un misterio que nadie sabía.

ESTÁS LEYENDO
Misterio atraves de la puerta.
ParanormalUn cuento de "terror" que cuenta sobre un moustro, un cambiaformas caníbal. Que el personaje muera al principio, no significa final. 《Historia compartida》 #3 en tarea 4/12/22