Antes del Partido

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Era todo un pelotudo

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Era todo un pelotudo.

No podía creer que su ingenuidad y deseo se hubieran apoderado de él en su totalidad, ni tampoco que su designación biológica lo hubiera jodido después de tantos malditos años controlándolo. Creía que esos deslices habían terminado hace mucho, realmente confió en que no pasarían más por mucho que su prometido lo cubra con sus feromonas efervescentes, dejándolo ebrio de él. Lionel ya no era un adolescente, siquiera era un joven experimentando el verdadero amor por primera vez, no comprendía porque dejó que su consciencia le manipulara a tal punto de rendirse a su omega interior, aquel que estaba -por su propia estupidez- rechazando los efectos de sus supresores y dándole paso a un celo, aquel que detono justo antes de que inicie su etapa en la copa mundial junto al conjunto Argentino.

y, ahora, le dolia todo.

Maldice mientras observa la pelota que acababa de patear irse mas lejos de lo que quería, arruinando un pase que podía haberles entregado el primer gol en aquel primer partido contra México. Infla sus mofletes, soltando el aire que tiene acumulado, secándose el sudor rápidamente con el antebrazo, voz interna rogándole que se concentre, especialmente sintiendo la fuerte mirada cada cierto tiempo de aquel que estaba parado en medio del arco, esperando por un remate.

era un desastre.

El efecto de aquello que le venía cada tanto aún seguía presente aunque un supresor y medicación de emergencia para parar su estado de calentura habían sido ingeridos en la mañana. De todas formas, aunque ya no mucho físicamente, psicólogo su mente no paraba de recordarle escenas explícitas de la anterior noche junto a su futuro esposo, haciendo que reviva no solo esos instantes pero también ese sentimiento que hacía que se removiera internamente.

aquel tacto tan posesivo sobre su cuerpo.

Se estremece, moviendo la cabeza un poco para despejarse, apretando sus manos en puños para parar con el escalofrío que quería recorrerle entero, fijando su mirada en la pelota siendo manejada por uno de sus compañeros más al centro de la cancha. Podría fácilmente acercarse a quitársela al de verde que trataba de safarse de dos de sus compañeros, pero si era sincero no quería hacer más esfuerzo que el necesario en el primer tiempo. Las punzadas en su espalda baja aún lo mantenían en su lugar.

no debería de haber pedido que fuera brusco ayer.

pero joder que valió la pena en ese momento.

se tapa la cara con sus manos, frustrado de tanto calor y escalofrío recorriéndolo de pies a cabeza, cualquier cosa chocando haciendo que sienta como si lo estuvieran quemando en ese lugar, cosquillas dirigidas a su parte baja. Su prometido había salido a comprar supresores de alfa y parches para tapar su aroma tan fuerte siendo disparado por el celo tan insistente en llegar. De todas formas, y aunque sea necesario, no le agradaba que su Alfa le haya dejado. Necesitaba de él, de sus cuidados y calor.

Antes del Partido | 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora