CAPITULO 11

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Betty estaba en el servicio la verdad es que no se sentía muy bien y de eso ya llevaba más de una semana. Se mojo la cara cuidadosamente para no estropear el maquillaje cuando vio que alguien ingresaba y poniendo los ojos en blanco siguió en lo suyo

Marcela que la había visto entrar, se decidió a seguirla y mortificarla como llevaba desde que Armando se había marchado. Le encantaba indisponerla y hacerla dudar de él

MV: Veo que sin Armando sales a hacer de las tuyas ¿No?
B: ¿De qué hablas?
MV: Pues como él no está, sales de seguro a montarle los cachos
B: Ay Marcela llevas en esto más de una semana ¿Por qué no me dejas tranquila?
MV: Porque no se me da la gana ¿Algún problema?
B: Bueno has lo que quieras, yo no tengo ganas de escucharte

Iba a pasar por su lado cuando sintió que la tomaba del brazo y sin más la empujaba hacia dentro de nuevo

MV: ¿Crees que Armando te ama? Mira que eres estúpida, sabes lo que está haciendo ahora ¿No?
B: Suéltame ya me tienes cansada con lo mismo
MV: Que te hayas cambiado el peinado y la ropa, no significa que él te ame, solo está contigo porque eres lo más fácil que pudo encontrar
B: Bueno si tu lo dices, ahora déjame pasar

Betty se estaba sintiendo mal, sentía que el mundo le daba vueltas y que de un momento a otro terminaría en el suelo y esa pesada de Marcela que no la dejaba tranquila. Sabía que estaba herida por su relación, pero ella nada podía hacer con los sentimientos de él

MV: Armando en este momento, se está divirtiendo con una mujer de verdad, no con una cosa como tú

De pronto vio que ella ponía los ojos en blanco y sin más caía redonda en el piso. Así que dio un paso atrás por la sorpresa y sin más salió de allí dejándola sola. Ya sabía que nada conseguiría con Armando, pero eso no impedía que ella le hiciera la vida imposible "Le encantaba mortificarla"

Ya estaba en el salón y vio que Cata la buscaba con la mirada, así que esquivándola se dispuso a hablar con unos de los invitados.

Ya habían pasado quince minutos y Betty nada que aparecía, además cada vez que tenía la intención de ir a verla a los servicios se le acercaba alguien llamando su atención

Ufff por fin se había librado de ese pegajoso y sin más comenzó a caminar rumbo al baño y cuando iba a entrar la vio tirada en el suelo, así que corrió en su auxilio

C: Betty... Betty ¿Que te pasa? Betty...

Comenzó a buscar en su cartera el perfume que siempre llevaba, así que se colocó un poco en las palmas de sus manos y se dispuso a pasarlo por su nariz. Vio aliviada que ella comenzaba a reaccionar, así que la ayudo a inclinarse

C: Betty ¿Qué te pasa?
B: ¿Cata? Ehhh no se solo me sentí mal
C: ¿Ya te había pasado antes?
B: No...no es la primera vez
C: Anda, levántate (ayudándola) tienes que ver a un médico
B: No, si no es nada, solo el cansancio
C: Puede ser, pero sería bueno que te revisaran
B:(mojándose la cara) Ya verás que no es necesario, lo que sí lo siento, pero yo me voy a retirar
C: Claro, espera que te acompaño
B: No, pero...
C: Nada ¿Cómo te voy a dejar ir sola? Y si te pasa algo al conducir, no...mejor no correr riesgos

Así que después de esa pequeña conversación, Cata la acompaño a su casa, el carro lo había dejado en el estacionamiento ya mandaría por este. Cuando llegaron al apartamento Betty la invito a un café y solo acepto para asegurarse de que no volviera a perder el conocimiento

Los días siguieron pasando y Betty cada día se veía más desmejorada, lo cierto es que los mareos persistían y ahora se le sumaba que no podía retener nada en el estómago y eso que no era mucho lo que comía. Cata seguía insistiendo que viera un médico, pero a terca nadie le ganaba hasta que esa mañana su cuerpo le dijo basta

MI ETERNA COMPLICEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora