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Una voz monótona resuena en la habitación, Zen la reconoce de inmediato. Le da una mirada a través del espejo de cuerpo entero, reflejándose con su bonita cara fruncida.
―Hyun, buen día.
Ahora voltea a verlo. ―¡Jumin, dios mío, nunca estuve tan aliviado de verte!
―¿Es así?
―¡Sí! Tu sabes hacer nudos de corbata, ¿no?
Y no podía negarselo cuando su traje azul marino oscuro estaba tan pulcro y liso. Una suave sonrisa se formó en los labios de Jumin.
―Por supuesto, incluso con los ojos cerrados.
―¿Puedes ayudarme entonces?― señaló su corbata a medio atar con algo de timidez. ―Las manos no dejan de temblarme.
Jumin asintió, acercando sus manos enguantadas a la corbata ajena. Inquirió a centímetros de su rostro. ―¿De qué estás nervioso?
Un suspiro. ―De todo.
―No lo entiendo, _______ no va a dejarte plantado o algo así.
Chilló. ―¡Obvio que no!
―¿Entonces?
Una brillante sonrisa se plasmó en Hyun. ―Estoy feliz, Jumin, tan feliz que se rebalsa en mi corazón y no sé como contenerme.
Jumin miró con cierta felicidad el brillo en los ojos carmesí. Sus amigos serían felices y él estaba orgulloso de ello. ―No te contengas, van a ser aún más felices en el futuro.
Hyun observó una vez más su reflejo en el gran espejo, el hombre a su lado le miraba con una sonrisa sincera a la vez que le mostraba un pulcro nudo perfecto en su corbata. Se sintió afortunado y agradecido.
Todo iba tan bien.
―¿Ya has visto a _______?― preguntó Hyun, emocionado. ―Estoy seguro de que está más hermosa de lo usual.
“Despues de todo, ella es como un sueño...”
―No lo hice, Jaehee se encarga de eso.― Jumin carraspeó. ―Pero debes estar en lo cierto.
―Oh, entiendo.
―El resto debe estar por ahí, se que Luciel quiso ser el DJ, debe estar ahí.
―Ugh, le dije que no se metiera ahí.― a pesar de mostrar fastidio en su cara, no estaba molesto.
Hoy es su día feliz, nada va a molestarle.
―No te preocupes, su hermano lo mantiene al ras.
Hyun se rió al imaginarlo. ―¿Que hay de V?
―Estaba paseando por los alrededores, de seguro vendrá a verte, les trajo flores.
―Por favor, dale las gracias de mi parte.
―Lo haré.― Jumin acomodó sus mangas. ―Ah, Yoosung está con Jaehee, supongo que ambos ya están con nuestra coordinadora.
Zen alzó una ceja. ―¿Yoosung está con las chicas?
―Si, está todo emocionado.
Hyun resopló al sonreír, terminando de ajustar su traje.
―Me veo guapo.
―¿No era pregunta?
―Nop.
Antes de que Jumin siquiera pudiera responder, una cabellera pelirroja se introdujo en la habitación. Abrió la puerta con un fuerte ruido y pasos apurados, mortalmente serio.
―Zen, necesito a Jumin.
No preguntó, solo se hizo a un lado algo extrañado. –Bueno.
Y así como entró, se marchó llevándose consigo a jumin.
“Ni siquiera me saludó, ¡Hump!”
Hyun no le tomó importancia pero de alguna forma si lo sintió raro. ¿Por qué su pecho dolía? Algo le daba un mal sabor a su boca.
“Ah, son los nervios.” pensó y se repitió. “Si, debe ser eso.”
La blanca cabellera se ondea con gracia con cada movimiento, Hyun desborda gracia. Se miró al espejo y masajeó su rostro al notar lo aflijido que se veía.
―¡Estoy feliz, es el mejor día de mí vida!
¿Pero por qué tenía un mal presentimiento?
“_______...”
_______ nunca llegó.
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☁️
Más tarde o mañana actualizo el próximo capítulo ;)
