PRÓLOGO

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Viernes, 04 de febrero del 2022

Hoy es el día de mi ejecución... Hoy es el día en el que le diré "adiós" a este mundo... Hoy es el día en el que pago mi pecado... El cual fue amar...

Pensaría aquel joven de cabello castaño con ojos de un suave color avellana, quien era guiado por un guardia hacia la silla eléctrica, apreciaría los pasillos que recorría con una expresión neutral en su rostro. Allí estaba él, caminando lentamente... Observando su entorno mientras se dirigía a la muerte, recordaría esa fecha nostálgico suspirando con anhelo y risueño.

Martes, 12 de abril del 2020

La música resonaba en cada esquina del bar al que habían ido los jóvenes graduados a celebrar el haber culminado sus estudios finalmente tras un riguroso tiempo de estudios y desvelos. El joven George se encontraría bebiendo cerveza junto a sus amigos Jhon y Steven. Jhon era un chico rubio de ojos azules tan claros como el cielo y piel blanca con detalles rosas en sus mejillas, orejas, codos, etc. Steven sin embargo, era un chico moreno de cabello crespo y ojos oscuros, aunque era mejor parecido que el rubio a su lado. Los tres amigos alzaron nuevamente sus botellas gritando al unísono un alegre "¡Salud!" para luego beber con emoción aquel líquido amarillo, en eso la música de la disco cambió a una de las canciones de Michael Jackson haciendo que varios adultos que se encontrasen allí se levantaran cantando y bailando como el artista, o... Un intento de eso. Nuestro protagonista se levantó de aquella mesa para encaminarse a la barra a pedir otras botellas, al llegar a la barra no le da tiempo de pedir las botellas cuando escucha unas voz femenina a su lado proferir "Sírvame un agua mineral, por favor". Al voltear se encontraría una chica pelirroja de cabello rizo, ojos azules que resaltaban junto a unas pecas y unos lentes negros, estaba vestida casual, traía una blusa negra y un jeans junto a unos deportivos. George la conocía desde hacía mucho tiempo, aquella chica era Stella James. Fueron compañeros de clase durante la universidad, y, no es muy fácil de ocultar que sentía algo más por la joven.

-¡H-Hola...! S-Stella... -Diría el joven bajando la voz con vergüenza comenzando a dudar el haber iniciado dicha conversación, afortunadamente la chica voltearía a verlo para luego sonreír de oreja a oreja-.

-¡Hola, George! ¿Cómo te encuentras?

-Estoy bastante bien, gracias –Diría riendo con vergüenza al final de la oración sobando su nuca, en eso el chico que había atendido a la chica previamente le dejaría el vaso de agua con amabilidad sonriéndole, George cayó en cuenta que el joven le estaba llamando para saber que quería, nervioso voltearía intentando disimular su actitud repentina-. Ah, sí... Disculpe, deme tres cervezas negras, por favor.

El joven desaparecería por un momento dejando a los jóvenes nuevamente en su conversación.

¿Debería hacerle algún cumplido o algo?

Fue lo que rondo en la mente del joven observando de reojo a la chica, se aclararía la garganta decidido a querer hablar y conocer más a la chica, ¿Qué mejor forma de iniciar que con un piropo? Hay muchas, pero nuestro protagonista no las conoce.

-Eres tan rosa como una hermosa... -Diría embobado sin pensar muy bien en sus palabras-.

-¿Qué? –Preguntaría la chica divertida ante las palabras del joven-. ¿No será "Hermosa como una rosa"?

Allí el chico caería en cuenta que no había dicho bien lo que había procesado en su mente muriendo de vergüenza nuevamente.

-¡S-Si! ¡Eso quise decir!

-¡Jajaja! Pues, gracias por el cumplido –Diría la pelirroja para luego terminar de tomar su vaso de agua-. Ya te dejo.

Al escuchar aquellas palabras George se preocuparía cayendo en cuenta de que la chica se estaba alejando, la tomaría de la mano impulsivamente haciéndola retroceder sin medir su fuerza a lo que Stella se tambalearía amortiguando con el pecho del joven, lo miraría con confusión esperando alguna explicación.

-Emm... ¿Quieres bailar? –Preguntaría nervioso por cómo podría reaccionar, pero toda esa inseguridad desapareció en cuanto la escuchó reír-.

-Pudiste habérmelo pedido y ya.

Así, se encaminarían a la pista de baile en donde Stella le daba el permiso a George de rodear su cintura mientras se movían con la música suave que comenzaba a resonar por el lugar, rozarían sus narices dejándose llevar por el ritmo de la música perdiéndose en el tiempo.

-Me gustas... -Sería capaz de proferir el joven George sobre los labios de Stella-.

-Debo admitir... Que también me atraes...

Así, sin esperar más tiempo unieron sus labios en un suave beso, era un beso cálido, gentil y amoroso. George se sostuvo más fuerte de la cintura de la joven deslizando su mano por su espalda aún indeciso puesto que no quería hacer enojar a la chica, Stella rodeó el cuello del joven con sus manos entrelazando sus dedos. Lentamente se separarían observándose fijamente a los ojos del otro.

-¿Esto quiere decir que somos novios? –Preguntaría Stella mirando al chico-.

-Si tú lo deseas así será.

Así se dio un nuevo beso, luego otro después de ese, otro más, otro más...

-Salgamos de aquí... -Diría George sobre los labios de Stella observándola con amor-.

-¿Y a dónde iríamos? –Preguntaría la chica besándolo nuevamente-.

-Afuera... A celebrar nuestra graduación y... Nuestra relación.

-Me parece perfecto –Diría Stella observando al chico con una sonrisa mientras que acariciaba sus mejillas, para luego tomarlo de la mano y encaminarse a la salida del bar, al futuro-.

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