Capítulo 1. ¿El comienzo?

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Habían comenzado las clases, el primer día de Fluke en la universidad, comenzaría sus estudios en administración de empresas, quería ayudar a su padre en el negocio, desde niño sabía que camino debía seguir, no es que no lo dejarán elegir, pero el tenía muy claro que quería en su vida, con ayuda de su mejor amigo Saint Suppapong, su único amigo en realidad, fueron unidos desde niños, además de ser su vecino, pasaban mucho tiempo juntos, muchos pensarían que terminarían juntos, pero el corazón de Saint y Fluke tenían otros planes.

-Hola, ¿Listo para el primero día?- saludo divertido Saint

-Ja ja yo nací listo para todo- respondió Fluke divertido

-Claro, como digas y esa gran sonrisa que traes no tiene nada que ver con que ahora lo podrás ver más tiempo, ¿No?- dijo travieso Saint, su amigo se había enamorado de un tipo dos años mayor que él, no lo culpaba, el tipo era guapo y muy divertido al igual que su amigo, ellos lo llamaron "amor a primera vista"

-Oye, eso no tiene nada que ver- Fluke se sonrojo- Podría verlo cuántas veces quisiera aunque no estuviéramos en la misma universidad-

-Ja si claro, pero no puedes negar que tuvo un poco que ver él en elegir está universidad- dijo Saint pasando un brazo por encima del hombro de su amigo

-Bueno, eso no lo negare, es como tú, siempre que tienes oportunidad vas a casa para ver a Perth- atacó Fluke, sabía que su mejor amigo se había enamorado de su hermanito Perth, pero Saint aún no se había atrevido a confesarse, creía que Perth lo rechazaría y no quería dejar de verlo

Saint levanto las manos en señal de paz, sabía que Fluke había dado en el clavo y decidió dejarlo en paz, además sabiendo que su novio estaba acercándose, el gran Judo Tantachj, el tipo era popular en toda la universidad, era un bromista sin parar, y su gran sonrisa muy contagiosa y esa fue la clave para enamorar el pequeño Fluke.

-Hola cariño, ¿Cómo estás?- saludo Judo dándole un cálido beso a Fluke

-Hola, ahora más que bien, ¿Y tú?- sonrió Fluke, olvidándose por completo del mundo

-Muy bien, ahora que sabré que podré verte la mayor parte del dia- se miraban como dos tontos enamorados y nadie podía dudar de ese amor

-Bueno, bueno, deberían de dejar eso ya, hay personas a su alrededor y tenemos clases, podrán verse más tarde- bromeó Saint y jalo a Fluke para ir a su salón.

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Perth Tanapon tenia 16 años, dos años menor a Fluke, ahora que su hermano había tenido que ir a la universidad se sentía abandonado, ya no lo podría ver como antes, ni a Saint, había estado enamorado de él desde que tenía memoria, pero era el mejor amigo de su hermano y no podía ni imaginarse que él sintiera lo mismo por él, había sobrellevado todo eso bien por años, tenía varios amigos con los cuales había olvidado un poco eso, pero desde hace un año después de casi haber sido secuestrado, sus padres le habían puesto un guardaespaldas para su seguridad y por la tranquilidad de todos.

Sus amigos se habían distanciado un poco de él, debido al guardaespaldas, Ohm Thitiwat, un tipo muy alto, de cara sería, casi no sonreía, pero era una persona muy amable y bromista, eso Perth lo sabía de sobra, había pasado un año con él y lo sentia tan cercano, lo cuidaba muy bien y Perth siempre hablaba con él de todo, confiaba en él, demasiado, pero incluso con todo eso, no pudo darse cuenta de el pequeño secreto que Ohm guardaba, estaba enamorado de Fluke.

-¿Cómo se siente hoy joven Perth?, No se ve nada feliz de regresar a clases, se la paso quejándose de estar en casa estas semanas- Pregunto Ohm al pequeño Perth, había estado demasiado callado en todo el camino y eso no era normal en él

-Creo que lo sabes Ohm, mi hermano ya no estará conmigo, ahora que va a la universidad pasará más tiempo en sus clases y ni hablar de que pasará más tiempo con Judo- Perth soltó un largo suspiro al pensar en ya no estar cerca de su hermano y su amigo

-Cierto- Ohm hizo un gesto de dolor, pero Perth no lo noto -Pero véalo del mejor modo, ahora talvez pueda conocer a más personas y poder socializar como lo hacía antes, vera que esto tendrá algunas ventajas y además, yo sigo aqui- le regaló una sonrisa, una de las pocas que solía dar.

El corazón es libre de amar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora