PREFACIO✓✓

1.2K 36 1
                                    

Nunca me había detenido a pensar en cómo iba a morir, aunque en los últimos meses los motivos para reflexionar sobre ello no me habían faltado. Sin embargo, jamás hubiera imaginado una situación como esta, incluso si hubiera intentado hacerlo.

Contemplé con la respiración contenida los ojos oscuros del cazador al otro lado de la gran habitación. Su mirada era complacida, como si disfrutara del momento. Morir en lugar de alguien a quien amas, alguien como mi hermano, podía parecer noble. Eso, al menos, debería contar para algo.

Regresar a Forks había significado aceptar la posibilidad de enfrentar mi destino. No me arrepentía de esta decisión. Cuando la vida te ofrece un sueño que supera tus expectativas, no es razonable lamentarse por su final.

El cazador sonrió de forma amistosa y avanzó con aire despreocupado, acercándose a mí.

---

Era un día normal de trabajo en el hospital de Nueva York. Durante un breve descanso, una de las enfermeras me avisó que el director del hospital quería hablar conmigo. Su expresión me dejó desconcertada.

Toqué la puerta del despacho y el señor Michael, como siempre, estaba sentado en su silla negra, frunciendo el ceño.

—Puede tomar asiento, doctora Swan —me dijo sin levantar la vista, mientras revisaba unos papeles.

—¿Ha sucedido algo, director? —pregunté para romper el hielo.

—Esta mañana recibí una llamada del hospital de Forks.

—¿¡Le ha pasado algo a mi hermano!? —exclamé, preocupada.

—No, no le ha pasado nada. No te preocupes y déjame terminar, por favor —suspiré, intentando calmarme.

—Como te decía, el hospital de Forks me ha informado que hay un puesto libre de doctora cirujana y querían saber si estabas interesada en el.

Me quedé sin palabras, tratando de digerir la inesperada oferta.

—Ha sido un placer tenerte desde que eras una residente novata. Ver cómo has crecido hasta convertirte en la gran doctora que eres ahora ha sido un verdadero honor, pero esta decisión es solo tuya —dijo.

Mis padres murieron cuando tenía catorce años y Charlie, mi hermano, tuvo que hacerse cargo de mí. Fue un momento duro, pero él se graduó como policía y siempre me apoyó en cada decisión sobre mis estudios. Gané una beca para estudiar en Nueva York y tras cinco años, obtuve el título de médica cirujana.

Los ocho años en Nueva York fueron increíbles, pero también echaba de menos mi tierra natal, a mis viejos amigos y a Charlie. La idea de pasar las navidades con él y de ver a mi sobrina Bella en Forks se sentía como una señal.

—He tomado una decisión, director —dije con determinación—. Elegiré el puesto en Forks. Creo que ya es hora de volver a casa.

Era un gran paso dejar Nueva York y regresar al pueblo donde crecí. Me preguntaba qué habría cambiado en todos esos años. No sabía que pronto nuestra vida daría un vuelco de 360 grados.

Mi ETERNIDAD (Carlisle Cullen y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora