Recuerdos Infinitos

Capítulo 4

El silencio era casi aplastante, la sala estaba con varias personas presentes pero no salía ninguna palabra de ninguna persona…

Pero sin dudas en esta ocasión aplicaba a la perfección la frase "Si las miradas matarán"

Yaga no sabía qué opinar al respecto, en ese caso era mejor ser espectador… Shoko simplemente fumaba desde una esquina tratando de ignorar la aplastante mirada acusatoria de Gojo, Haibara no decía nada…

Utahime trataba de ignorar toda esa situación extraña en la que está, se centraba en su hija que está sentada frente a ella solo tomando de una caja de jugo…

Ni siquiera miraba a nadie, Samara parecía estar en su propio mundo, todo lo que ha pasado últimamente es muy difícil para ambas ..

Aún más para su pequeña que aunque tenga un poder ocular poderoso, no deja de ser una niña de nueve años…

— ¿Y bien? — Gojo habló de repente — ¿Nadie me va a explicar? —

Yaga suspiró..

— No sabía que tenía que darte explicaciones sobre está situación en particular —

— Vaya, entonces es como en el pasado cuando te fuiste, ¿Verdad Utahime? —

— No me… — se frenó para no decir algo indebido frente a su hija — No molestes, no es asunto tuyo —

— Claro …claro, nunca es asunto mío — reprochó el albino…

— ¿Por qué no dejas el drama Gojo? — le dijo Shoko…

— Tu deberías callarte traicionera —

— Por favor — la castaña suspiró — Qué infantil, pasaron once años —

— Y como siempre soy el último en enterarme de todo — se quejó Gojo…

Utahime apretaba sus puños sintiendo la presión de esa conversación que según su punto de vista es innecesaria…

— A ver, ¿Qué quieres saber? — Yaga preguntó…

El hechicero buscaba las palabras exactas para preguntar eso que tiene atorado en su garganta desde hace una hora atrás cuando esa bomba explotó en su cara…

— Pues todo — miró de reojo a Samara — Todo …sobre todo —

Los presentes lo miraron con algo de confusión, aunque Shoko al ser una vieja amiga del albino entiende sus preguntas que siempre están a medias… 

— Pues, como pasan esas cosas normalmente, tu deberías saberlo mejor que todos nosotros juntos —

Gojo estaba serio…

— Muy graciosa, sabés a lo que me refiero —

— Gojo, pasó como pasan las cosas en la vida de las personas — expresó Yaga — Utahime se fue a América, hizo su vida, terminó sus estudios de hechicería, se enamoró y casó con un buen hombre y eso es todo —

— Un buen hombre, pues yo la veo aquí sola, ¿Dónde está don perfección? —

— Gojo — lo llamó Shoko…

El hombre está pisando terrenos muy delicados. .

— ¿Qué? …Si es tan grandioso, ¿Dónde está?... ¿Dónde está el hombre maravilla? —