Advertencia: Este fanfic contiene spoilers del final del manga.
(. . .)
El tiempo pasaba relativamente lento para Niragi Suguru, ya habían pasado varias semanas desde el accidente en Tokyo y él apenas podía hacer ciertas cosas sin necesitar ayuda de las enfermeras, como respirar por ejemplo, en eso le iba genial.
Para ser sincero, estaba cansado a pesar de que literalmente, no se movía de la cama casi nunca, solo para buscar una posición más cómoda, más allá de eso, no había ninguna razón por la que hiciera algún movimiento.
Estaba mejor que cuando llegó, eso era cierto, pero eso no quitaba el hecho de que no le gustaba estar ahí.
La recuperación de Chishiya también fue algo lenta, Niragi sabía, no con total certeza, de que él podría salir en poco menos de tres semanas, pero ahí estaba, sentado en su camilla mientras leía un libro, con su cabello rubio cayendo más allá de sus hombros, había crecido, lo sabía por las raíces de color negro.
Nadie lo visito, a ninguno de los dos de hecho, y estaba bien, por su parte no tenía a nadie que le importará; su madre era una alcohólica con miles de deudas, que probablemente ya había olvidado que tenía un hijo y su padre fue asesinado hace ya varios años, ¿pero y Chishiya? Sabía que si preguntaba, él respondería con total sinceridad, pero no tenía ganas de indagar en la vida privada de un casi desconocido.
Los días continuaron con la misma monotonía y llegó el día en el que Chishiya fue dado de alta.
Niragi pensó que nunca lo volvería a ver y cuando se despidieron, le dijo explícitamente que no desearía volver a verlo, a pesar de que era una mentira, ya que le gustaba su compañía, era mejor a estar ahí solo y le tomo cariño en este mes que estuvieron juntos.
Durante dos días, se sintió solo, aunque las enfermeras iban y venían, no era lo mismo, por alguna razón, se sentía vacío.
Pero claro, solo duró dos días, ya que una de las de las enfermeras le dijo que tenía visita y por un momento, pensó que era algún tipo con el que su madre debía una gran deuda y venía a reclamarle el dinero, pero incluso esa hipótesis era más creíble para él, que ver a Chishiya saludando con su sonrisa traviesa de siempre. No iba a mentir, lo primero que hizo fue gritarle que por qué estaba ahí, aunque no sabía que tan agradecido estaba con su presencia.
Las siguientes semanas fueron iguales, con la única diferencia de que Chishiya lo visitaba cuando podía y usualmente, la visita duraba todo el tiempo que podía estar ahí.
Al poco tiempo que las visitas de Chishiya comenzaron, comenzó a tener más movilidad sin sentir un dolor insoportable por el cuerpo, incluso ya había perdido la mayoría de piel muerta de su cuerpo, estaba bien con eso, aunque le quedaron algunas manchas de lo que pudo observar, eso era mejor que estar muerto, así que no le importo.
Chishiya a veces se encargaba de fastidiarlo con el simple propósito de tener algo para hacer, ya que ninguno contaba con un tema de conversación, así que solo molestaba. Al parecer era lo único que sabía hacer.
-Estuve pensando en retomar mi carrera, podría intentar trabajar aquí, aún te queda mucho tiempo sentado en esta camilla y no te voy a mentir, me agradas, aunque también tengo ganas de estrangularte.
A veces era muy contradictorio, a veces decía que le caía bien, pero que a la vez quería arrancarle la cabeza y siendo sincero, estaba bien con eso.
Una relación odio-amor-odio, siempre y cuando no se sobrepasen de bromas pequeñas, estaba bien para ambos.
Niragi perdió la noción de los días en algún momento, no recuerda cuando, solo sabía que dejó de prestarle atención al calendario, no sabía cuándo saldría del hospital, lo único que sabía era que estaría por mucho tiempo.
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Después de borderland.
RandomChishiya y Niragi despertaron en una misma habitación de hospital, sin recordar absolutamente nada de lo sucedido en borderland, lo que les da una nueva oportunidad con el otro.