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Narra Fabián Hoffman

Veía cómo ella miraba toda la habitación con admiración. Lucía muy entusiasmada, mientras yo la miraba como imbécil

—Me encanta —dijo. Se dió la vuelta y me miró —Incluso trajiste ropa para mi

Es cierto, había mandado a comprar ropa para ella.

Lo mejor para mí mujer...

Me acerque a ella y sin pensarlo bese sus labios con deseo. Había pasado un mes sin ella, necesitaba de ella, incluso más de lo que nos dimos en nuestra casa. Rodeó mi cuello con sus brazos y yo presioné su cintura con mis manos. Besé su cuello y mordí sutilmente, la oí soltar leves suspiros y eso fue suficiente para avanzar más

—¿Quieres estrenar la cama? —susurré en su oído a lo que ella río un poco y asintió

Oí como tocaban la puerta y con pesar me detuve

—¿Qué pasa? —dije aún con mi esposa entre mis brazos

—Llegaron señor —oí

—Enseguida voy —dije.

Mire a Grecia, ella tenía las mejillas rosadas. Sonreí y tomé su mano

—¿A dónde vamos?

—Ya veras —salimos de la habitación y llegamos al patio rápidamente

Al llegar al patio noté la camioneta, de está bajo Colton y detrás, mi Nana. Mire a Grecia enseguida y ella abrió sus ojos como platos con una gran sonrisa

—Eloísa —dijo y corrió hacía ella

Se abrazaron fuertemente. Me acerqué

—Ay Mi niña —Mi Nana acarició su cabello —¿Cómo estás?

—¿Cómo, es posible, que estés aquí? —habló mi esposa emocionada

—¿Quién crees que escogió tu ropa? —dije y ella me miró

—Esto es maravilloso —dijo. De un segundo a otro ella notó a Colton y lo saludó con un beso en la mejilla —Hola Colton —sonrió

—Hola señora Hoffmann —dijo "serio"

—¿Ya comieron? —preguntó mi Nana y negamos —Preparare algo para comer, vamos —se llevó a Grecia, las ví alejarse

Me volteé en dirección a Colton y él también las miraba, aunque solo a mi mujer. Notó que lo miraba así que bajó la cabeza

¿Tendría que soportar esto?

—Colton —lo llamé —Mi esposa ya está aquí. Y te pido de la manera más amable que evites el contacto con ella, por favor —dije serio

Tenía que decírselo de esta manera, de lo contrario le partiría la cara

—No te preocupes Fabián —dijo —Sería incapaz

Asentí

Colton era un viejo amigo, no quería perderlo. Además, me estaba ayudando

—El señor Albert, llega en un hora —lo miré —¿Irás?

—Por supuesto —miré mi reloj —Espera aquí —le indique

Me adentré en la casa y ví a mi Nana y a Grecia hablar cómodamente en la cocina, mientras cortaba verduras

—Amm —ambas nos miraron

—¿Qué sucede? —preguntó Grecia enseguida de ver mi cara

—No, no te preocupes —me acerqué y acaricié sus brazos —Tengo salir —me miró y pude notar la decepción

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