Mi peculiaridad de control hormonal - [actualmente reelaborado]

Capítulo 6: La angustia de un conejo.

[08:03]

[Cerca del río Sumida.]

Su despertador ya había estado sonando durante dos horas. Ella no estaba de servicio hoy, pero el hábito que había desarrollado a lo largo de los años de levantarse temprano para correr por la mañana no iba a desaparecer tan fácilmente.

Sin importar lo que sucediera, correría por la mañana incluso si hacía -4 °F afuera.

—Joder... Fui un poco demasiado lejos para un calentamiento.

Se sentó en un banco frente al río y levantó la cabeza hacia el sol naciente, su cabello blanco cayó en cascada frente a su rostro después de quitarse la diadema que llevaba puesta.

A pesar de su estatura musculosa y erguida, su dificultad para respirar y sus iris rojos fijos en el suelo mostraban ansiedad. La Comisión de Héroes soñaba con tenerla en su equipo solo para una misión... Lidiar con la destrucción de una red clandestina de MMA con uso autorizado de peculiaridades. El remanente de la Mascarada Subterránea.

El problema para ella no era aceptar la misión sino aceptar a las personas que formarían parte de su equipo. Sus instintos animales le dijeron que estas personas no estaban "limpias" en absoluto. Además, nunca más los había vuelto a ver después de que la comisión los enviara allí.

Esa fue una de las razones por las que nunca se unió a un equipo, no la más importante, pero favorecía sus instintos en este tipo de situaciones. Si la comisión quería que viniera Mirko, esta misión necesitaba mucha fuerza y ​​resiliencia para tener éxito. Suspiró con una sonrisa astuta y siguió corriendo de regreso a su apartamento, pasando a todos los transeúntes y otros corredores que ni siquiera podían ver quién estaba "corriendo" a su lado. Afortunadamente para ella, era solo su velocidad normal; de lo contrario, podría meterse en problemas con los funcionarios.

—¡Tch! ¡Como si uno de sus pequeños títeres pudiera hacer algo contra mí!

Durante cinco años, vivió sola en su departamento en el centro de la ciudad para actuar lo más rápido posible si alguna vez aparecía un accidente o villanos en el área. Bueno, la mayor parte del tiempo, tiene que correr y saltar 3 millas para encontrar cualquier cosa que necesite su "atención", pero eso no fue un problema para el héroe conejo.

La comisión no había indicado cómo sucedería esto, pero rechazar un desafío habría sido traicionarse a sí misma, por lo que solo pudo aceptar mantenerse fiel a sus convicciones.

El teléfono que siempre dejaba en casa sonó por un momento. Un mensaje que le decía una vez más la hora y el lugar del encuentro. Una sonrisa casi sádica apareció en su rostro mientras se preparaba para meterse en la ducha.

Se quitó el sostén deportivo, dejando al descubierto unos senos alegres y voluptuosos; sin embargo, la mayor parte del tiempo, ella no usaba ninguno en su disfraz de heroína, demasiado incómoda en medio de una pelea, prefería dejar que sus albondigas se tambalearan de izquierda a derecha. Tenía el legendario 6-pack que a muchos les encantaría tener, y esto solo hizo que su piel chocolate resaltara aún más. Sus nalgas firmes y redondas eran las extensiones de sus piernas despiadadas que podían matar a cualquiera por snu-snu.

Luego fue el turno de sus bragas, pero no pudo evitar hacer una mueca al sentir un líquido que salía de su feminidad.

"¿Por qué tengo que estar en celo ahora... Maldita sea..." murmuró mientras entraba en la ducha.

El agua que fluía sobre su cuerpo la hizo temblar aún más mientras su respiración se agitaba. Rumi, la heroína conejo, ya conocía la solución a su problema, una solución con la que no estaba contenta. Pero era la única manera. Si no lo hiciera, no sería funcional durante todo el día.