There is a light and never goes out

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“ I love the smiths ”
“ ¿Sorry? ”
“ I say I love this smiths ”




















Las puertas del ascensor se abren dejando a dos individuos solos en completa incomodidad, uno tenía el pelo castaño con una sonrisa idiota mientras veía el celular y el otro unos cabellos oscuros que recaen hasta sus hombros y unas gafas oscuras, no se han atrevido a verse a la cara primero por qué son extraños y segundo nadie le habla a personas porque sí

El peli—cafe presiona el piso diez el último y el moreno esperaría a que el intruso se vaya, acostó su espalda en el metal que hacía de pared y observo todos los lugares hasta caer en la silueta de el contrario que por error también lo ve, miel y café se unen en una gran armonía


──── uh, perdón ──── susurra con un rubor en las mejillas tratando de evitar la mirada del pelinegro, las manos le tiemblan pero las oculta bajo las largas mangas de su suéter.


Juan le calcula unos veinte o menos pero no sabe en realidad la edad de el chico que lo acompaña, tampoco es que quiera saberla para aclarar , ve con impaciencia como el ascensor del primer piso va recién en el segundo y piensa que tal vez hubiera sido mejor tomar las escaleras, muy tarde.


──── cálmate un poco wacho


El argentino tampoco está muy contento de tener que esperar tanto para un simple piso pero es lo que hay y el nerviosismo del mas bajo era contagioso, hoy tendría su primera sesión de terapia y unas mierdas más que no tuvo tiempo de recordar por qué el trabajo lo tiene hasta el cuello


──── ¡Claro! perdón


El fuerte del medio mexicano no era socializar, era un desastre en eso y como ahora cada que lo intentaba siempre tenía que pedir perdón por miserias y eso le recuerda el porque tiene que esperar ocho pisos todos los lunes en la mañana, mira sus zapatos apenas blancos con diseños hechos con plumón indeleble y frases de canciones de The Smiths ¹ y Nirvana¹

Aturdido saca de su bolsillo unos audífonos viejos de color amarillo y los conecta a su celular, cierra los ojos y deja que la voz de Morrissey ³ lo lleve al mundo de agonía que tenía construido, sin saber los audífonos eran de tan mala calidad que se podía oír la música y Spreen puede decir que de causalidad oye una de las canciones y de casualidad también se deja llevar por las letras caóticas hasta el final en donde parece que el aire vuelve a sus pulmones y las cuatro paredes metalicas vuelven a tener luz en el techo


──── Amo The smiths


──── ¿Disculpa?


El universitario sonríe, tiende a hacerlo cuando de verdad está contento y aclara su garganta con una tos falsa mientras ve como el otro se saca los audífonos y deja a un lado su celular (en sus bolsillos)


──── Dije que me gusta The Smiths, tengo el álbum del 87 y 84


──── ¿Así? ¿No estás muy viejo como para oírlos? sin ofender


──── wacho no te metas con mi edad aún tengo veintidós, tengo más vida que todos estos oficinistas


──── No mames ¡¿De verdad tienes veintidós?! ¡Pareces más joven!


Spreen simuló una risa, Juan pensó que la había jodido pero al contrario fue cómodo luego el silencio y de vez en cuando se veían, hasta que llego al décimo piso y despidió a Spreen


O1.

Las bocas se unían en un beso desesperado que exigía mucho más a pesar de morderse los labios, tenían demasiado que reclamar mutua mente y de tan solo pensar que su necesidad llegó tan solo viéndose, Juan recién llegando con el pelo mojado y Spreen con su usal traje de empresario (la típica de camisa amarilla y pantalones negros)


───  más  ─── pide aferrándose al cabello alborotado hasta ser ahogado de nuevo por los labios ajenos, tiene la boca hinchada y los pantalones apretados y si no lo tratan podría enloquecer con toda esta mierda.


Los dedos gruesos bajan de su espalda a su cintura y llegan adentro de su sudadera explorando su piel pálida, da un toque sobre los costados de las penosas curvas y besa y muerde la zona del cuello dejando marcas que rompen con la estética de su piel, libera al castaño de la ropa superior tirándola al suelo y baja hacia el inicio del botón de sus jeans pero antes se queda en silencio observando esa expresión que cree que solo el puede reclamar, esos ojos llorosos , esas mejillas rojas y esos labios


─── mierda, mierda


Retuerce su espalda y clava sus uñas en la espalda del argentino, se siente expuesto por los dos ojos oscuros pero lo ignora y se acerca tímido contra sus labios llevando un beso suave hasta que todo llegue a la cima de su éxtasis y termine en sus propios jeans. Las manos del azabache se posan sobre las mejillas coloreadas del menor, lo obliga a verlo a los ojos y de besos y besos sobre su mentón, mejillas y por último labios y con cuidado lo baja haciendo notoria la diferencia de estaturas


─── estás hecho pija ─── le dice con un tono burlón y le pasa su casaca de cuero marrón oscuro, saben que las puertas del ascensor se van a abrir y lo suyo se quedaría allí dentro de esas cuatro paredes hasta que no sea tan necesaria la ayuda psicológica o que se aburran──── ¿Qué haces wacho?


Interrogó al ver al menor destapar un plumón y tomar su brazo, no le dijo nada y escribió un par de números que luego el argentino comprendió que era su número 70150¹, no hubo tiempo a que Spreen le responda por que el menor salió antes y solo se detuvo para verlo un rato mas antes de entrar a una oficina, tal vez sea idiota de su parte y no debería tener la necesidad de escribirle y guardar su número pero su corazón le pedía cumplir ese capricho

















































MSG—Hola Spreen :)
MSG— Que onda pa

«70150»
Contacto guardado.

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⏰ Última actualización: Dec 06, 2022 ⏰

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