Cuando entro en ella después de tanto tiempo, los dos sentían que podían morir en ese momento que igual lo iban a hacer felices. Sus lenguas se rozaban, los jadeos ahogados de souta eran un deleite y los gemidos de tn que resonaban en la habitación aún más. Se tocaban como si fuera la primera vez que lo hacían, se acariciaban con ternura y los choques de sus cuerpos provocaban sonidos obsenos que los prendían más.
La sintió apretada, embestio con más fuerza, la beso y tocó completamente para venirce en su interior sin preocuparse por las consecuencias próximas. Se vinieron casi a la vez, como si estuviera planeado .