Prólogo

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La Campana del instituto sonó, indicando que era el inicio de las clases, el primer día de clases después de vacaciones de verano. Los jóvenes de universidad caminaban por todo el campus hablando y riendo mientras otros alumnos ofrecían folletos sobre actividades extracurriculares.

Una chica de aspecto descuidado, cabello revuelto y azabache, lentes y un atuendo que parecía sacado de una película hippie de los setentas caminaba por el campus, confundida y sin saber a dónde se dirigía, mientras trataba de ubicarse con su mapa chocó con el hombro de otra persona.

—Hey, acabas de hacer que derramara mi bebida. No tienes idea de cuánto cuestan en este lugar—se quejó la chica con la que chocó, la pelinegra intentó remediarlo pidiendo disculpas, las aceptó en seguida—Sophia, Sophia McNamara

—Elizabeth Wilson—se presentó la chica con aspecto descuidado

—Debes ser de nuevo ingreso, se te nota. Ven, te mostraré el instituto, y todo lo que debes hacer para sobrevivir aquí—la tomó del brazo acercándola a ella—tienes suerte de que mi bebida siga casi completa

Caminaron un rato mientras Sophia le presentaba a la pelinegra el lugar, indicándole a dónde ir para tomar sus clases, atajos, entre otros.

—Ahora, debes saber a dónde te has venido a meter—siguieron caminando, Elizabeth la miró confundida—si quieres sobrevivir socialmente...debes saber con quiénes puedes y no meterte, y básicamente el sistema completo

—Soy toda oídos—respondió Elizabeth

—Aquí las personas hacen sus propios grupos de amigos, en los cuales es casi imposible poder confíar cien por ciento en ellos, porque en cuanto no les guste algo...terminarán contigo, de formas que son inimaginables. A menos de que los conozcas desde hace años, debes saber cuidarte de ellos.

—¿En qué momento me metí en una película cliché de los 2000s?—bufó la pelinegra

—Viven por los rumores, chismes, y todo lo que tenga que ver con drama para que de tal manera su vida sea menos aburrida. Viven de la vida ajena, lo mejor es pasar desapercibida hasta que termines la carrera—continuó explicando Sophia

Elizabeth dejó de escuchar cuando a unos metros vio a una chica castaña de increíble cabello, sonrisa encantadora, ojos cafés que te dejaban hipnotizado ante su brillo.

Lo que más le llamó la atención, era que todos estaban alrededor de ella, incluyendo una gran cantidad de chicos sumamente guapos y lindas chicas.

Sophia notó que Elizabeth había dejado de prestarle atención y decidió volver a hablarle.

—Y ella...la abeja reina, Clarissa Russo, el sueño húmedo de cualquier chico que te encuentres—Sophia recorrió a Clarissa con la mirada

—Adivino, porrista, y su novio es el mariscal de fútbol americano. Ya conocía esa historia—dijo Elizabeth con seguridad

—No es porrista, y ella nunca tiene novio, Dios...y yo que mataría por ser como ella. Así podría estar con alguien como Evan Peters—suspiró McNamara, con un tono de ilusión

—¿Y ese quién es?—Elizabeth frunció el seño sin saber de qué hablaba la chica

—El chico más inalcanzable que podrás conocer en tu vida, está hecho un sueño—dijo ella soltando un suspiro para luego morderse ligeramente el labio inferior pensando en el chico

—Si ambos son inalcanzables, ¿por qué no están juntos?—preguntó Elizabeth

—Porque quieren seguir sintiendo que son inalcanzables incluso entre ellos, les da más poder—dijo Sophia, negando con la cabeza irónicamente

CAERÁS POR MÍ - Evan Peters y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora