Las mañanas.

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Narrador—

Eran las nueve de la mañana y un olor de recalentado de la cena de anoche inundó la casa. Dos niñas pequeñas como el día y la noche bajaron corriendo de las escaleras echas de madera para dirigirse a la cocina donde su madre estaba, una de las pequeñas despeinadas corrió a el regazo de su madre la cuál al verla dejó sus labores para tomarla entre brazos.

—Buenos días mamá—dijo la pequeña mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro

Buenos días para ti—dijo su madre con un tono lleno de alegría y algo de melancolía, mientras sentaba a su pequeña en la barra de la cocina y miraba a su otra hija intentando subir junto con su hermana,soltó una risita antes de tomarla con cuidado para cargarla entre sus brazos—y buenos días para ti también—dijo a su hija tocando la punta de la nariz de está provocando la risita de ambas.

—¿Hoy iremos al pueblo?—dijo la pequeña sentada sobre la barra de la cocina, la niña vestía sedas de color nud con algunos olanes decorando las mangas y cuello, mientras sus cabellos oscuros y sedosos caían sobre sus hombros y frente ,sus ojos castaños miraban a su madre con cierto toque de dulzura. La piel pálida de la pequeña hacía que el oscuro de sus ojos y cabello se notaran más,su aspecto era realmente único.

Si se portan bien las llevaré conmigo—dijo su mamá entonando su sonrisa y dejando a la pequeña que tenía en sus brazos en la barra junto a su hermana—¿ya limpiaron su habitación?—dijo volviendo a sus labores de cocina.

Ambas niñas se miraron entre si sin decir nada y luego la más pequeña habló,la piel de está estaba un poco más bronceada y su cabello era castaño claro,ante el sol parecían oro,sus ojos eran miel y vestía sedas de color palo rosa tenue,el diseño era muy similar a el de su hermana pero no igual,al verlas una a lado de otra se podrían comparar con el sol y la luna..—Apenas,nos levantabamos—dijo la pequeña castaña sonriendo

bueno entonces vallan—dijo su madre mirandolas de reojo notando su risita traviesa

La mayor bajo de la barra pegando un pequeño saltito, luego ayudo a su hermanita tomándola de la mano,ambas corrieron de nuevo arriba dejando de nuevo sola a su madre en la cocina.

Su madre continuo con sus labores para el desayuno,portaba un vestido café con delantal blanco y su cabello estaba amarrado en un moño con algunos sueltos decorando su frente,su piel era clara y sus ojos color café claro,sus mejillas tenían un ligero tinte rosa y sus labios tenían un tono carmesí leve. Toda la escena era acompañada por los rayos tenues del sol entrando por la ventana detrás de ella y el paisaje acompañando.

La madre joven terminó de servir el desayuno y se limpió la manos en su delantal,luego espero a que sus hijas bajaran mientras acomodaba la mesa

—¡Niñas! ¡A desayunar!—dijo la madre sin necesidad de gritar,ya que su casita era pequeña y nunca había ruido cerca...
Era la definición perfecta de la tranquilidad en las mañanas que muchos buscamos
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Hanny°•°

Caminaba por el sendero rocoso que bajaba la colina hasta llegar a la entrada del pueblo,de la mano llevaba a mis niñas,Raven y Elaine,las dos vestían unos preciosos vestidos que combinaban perfectamente con el aspecto de cada una.

Elaine llevaba una pequeña canasta en la cuál echaba todas las flores que recogía,en cambio Raven como siempre se mantenía sosteniendo mi mano sin alejarse,ambas mirábamos como su hermana menor corría sendero abajo y luego nos esperaba, al ver que la alcanzamos repitió la acción.

El Sueño Que Nunca Fue (Pausado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora