Cada día de cada semana, flores cálidas adornaban la habitación del pelinegro. El aroma empalagoso de las rosas ya era común en aquel ambiente. No había día en dónde el rubio no le trajera un ramo de flores de cálidos colores.-Creo que hasta ahora, estas son las mejores flores que has traído.- dijo Jonny sonriendo mientras acariciaba con cuidado los suaves y débiles pétalos. Thom sonrió ante el comentario de su novio, amaba hacerlo feliz.
-Me alegro que te hayan gustado, son tulipanes.- Dijo Yorke para después sentarse en la cómoda cama del más alto y arroparlo en un tierno abrazo. Jonathan correspondió ante aquel acto mientras dejaba las flores a un costado, teniendo cuidado de no arruinarlas.
Las flores, aparte de usarlas para profesar el amor de Thom al menor, el pelirrubio a veces lo usaba como pretexto para escaparse del trabajo, diciendo que tenía una cita importante, e ir a visitar a su querido novio y quedarse un rato con él; ya sea para hablar de cosas que solo ellos entendían o llevar su amor a otro nivel.
Por más que fuera corto el tiempo de estancia del mayor, ambos aprovechaban y disfrutaban la compañía del otro a lo máximo.
Thomas tenia que trabajar por muchas horas, debía admitir que ya estaba harto de su oficio, pero el salario se ajustaba a la necesidades de él y Jonathan. Gracias a aquel estresante trabajo, pudieron rentar un pequeño y cómodo departamento con excelente vista hacia un desconocido jardín.
Después de sustituir las malgastadas rosas por los hermosos tulipanes rosados, Jonny se acomodó al costado de su pareja y lentamente se acercó a su rostro para darle un corto beso.
-Te amo Thom, gracias por los tulipanes, son hermosos.- Dijo sonriendo, luego cerró lentamente sus ojos y poco a poco fue quedándose dormido en el pecho de su pareja.
-Yo también te amo, Jonjon.- susurró