Prólogo

675 36 10
                                    

"Siempre te protegere pequeña Alice, siempre estaré allí para ti así como tú siempre estuviste para mí. Te quiero."

Lo prometiste, prometiste que nunca te irías de mi lado y ahora ¿Dónde estás?

Durante mi tiempo de secundaria la mayoría de mis compañeros me excluían; eso me hacía sentir mal pero nunca dije nada a nadie por temor a que hubiese problemas. Problemas era lo que menos quería.

Obtenía notas no tan excelentes pero pasables, daba todo mi esfuerzo pero nunca escuchaba decir un "Estoy orgullosa de ti" por parte ni de mis padres ni de mis amigos de primaria. Mi autoestima estaba por lo suelos al ser a veces "victima" de los "pequeños" comentarios de mi madre hacia mí.

"Tienes orejas muy grandes"

"Tu nariz es demasiado grande y fea"

"Tu frente es muy ancha"

"Tus ojos son demasiados grandes como los de un sapo"

"Estas gorda"

"Estas chaparra"

"Tu cabello es horrible"

"Eres un fenómeno"

...Quizá el que haya sido "victima" de los insultos bajos de mi padre la había afectado demasiado, pero eso no quería decir que tenía que hundirme a mí con sus comentarios. Siempre me decía que sólo lo comentaba para hacerme más "fuerte" pero al parecer logró lo contrario...haciendo que odie mi cuerpo, que me odie a mi misma, quizá lo único que amo de mí sea mi forma de pensar...

Pero después llegó él haciéndome sentir tan feliz, llena de vida, intente no quebrar su corazón, intente cuidarlo, intente protegerlo con cariño y amor...pensé que sólo lo veía como un amigo pero su forma tan estúpida de actuar hizo que me enamorase de él...le conté mi pasado, le conté mis pesadillas, le conté mis miedos, le tuve confianza, me mostré débil ante él...y a pesar de todo creo que no valió la pena. En el lapso de nuestra amistad el constantemente repetía "Siempre estaré allí para ti, para eso somos amigos, enana" Cómo olvidar aquella sonrisa tan tierna...caí rendida a sus pies pero de mi boca no salió ninguna confesión de amor; todo lo demostraba con actos. Lo di todo por él, me quemé las manos por él, lo defendía a sus espaldas y cuando yo estuve en aprietos...simplemente no se encontraba allí. Fue cuando me di cuenta que nunca estuvo para mí, me mintió y se burló de mí...él siempre estuvo para ella, sólo era de ella, sólo le importaba a ella, sólo la quería a ella...Y eso fue lo que rompió mi corazón.

Me desperté sintiéndome completamente vacía, me repetía a mí misma que debía ser fuerte, yo podía sobrevivir, era capaz de hacerlo tal y como me lo había dicho Kim hace ya algún tiempo. Hoy era mi primer día de Preparatoria; bueno quizá sólo iría a inscribirme, entonces al día siguiente sería mi primer día oficial, me levanté y prepare mi ropa. A pesar de que la ropa que tenía era hermosa en mi cuerpo lucía completamente apagada...horrible, mi baja autoestima tenía la culpa.

Ya lista mi ropa bajé para desayunar, mi madre aún se encontraba durmiendo en el piso de arriba y si de alguna manera estuviese despierta no bajaría; papá se encontraba en la cocina desayunando. Hace ya muchos años que viven así, y por consecuencia tengo que soportar sus gritos, sus acciones, palabras, el mundo real era así; quizá tal vez por eso prefería leer. Salude a mi padre ya acabado mi desayuno, me dirigí al baño dispuesta a darme un baño largo y delicioso.

Abrí la llave de la regadera, me desvestí, el agua corría lentamente por mi piel; totalmente relajante, amaba demasiado el agua, algunas veces colocaba una cubeta para así ahorrar un poco de agua; odio la contaminación que los humanos provocan hacia el planeta, odio que cacen por diversión, odio que destruyan, odio que talen árboles, odio las ciudades.

Una vez bañada y seca me vestí, salí del baño y me dirigí a mi cuarto para terminar de arreglarme. Mientras conectaba la plancha para cabello cepillaba mi largo cabello rojo con delicadeza, dejé el cepillo a un lado y entre al baño, me eche crema en mi cara; manos, pies. Maquille mis ojos con rímel y delineador, me eche desodorante, retoque el color de mis uñas, me coloque mi anillo de búho y planche mi fleco, cuando terminé me puse mis botas color café claro. Me miré al espejo.

Mamá ya se encontraba abajo y papá bueno...él ya se había ido a su "trabajo", subí al auto, un largo día me esperaba hoy. Tomé mi teléfono, coloqué mis audífonos y comencé a escuchar una de mis canciones favoritas. Aquella canción me la había dedicado un amigo de primaria-secundaria; su nombre es Kentin, hace mucho que no lo veo ya que su padre decidió meterlo a la escuela militar cuando acabo el primer año de secundaria por lo tanto perdí contacto con él; pero es no impide que lo extrañe.

"Recógelo, recógelo todo y comienza de nuevo, tienes una segunda oportunidad podrías ir a casa, escapar de todo es simplemente irrelevante...solo es medicina."

No puedo comenzar de nuevo sabiendo todo mi pasado, tal vez tenga una segunda oportunidad pero eso no impide que no me acepte a mí misma, mi casa nunca ha sido un hogar desde que se fue desintegrando toda mi familia...escapar de todo es mi única salida, quiero hacer amigos, pero no puedo...lo intento, lo intento y vuelvo a caer, vuelo a caer en lo que me costó tanto tiempo salir. Soy rara, me odio.

"Aún puedes ser lo que quieres ser , lo que dijiste que eras cuando te conocí , tienes un cálido corazón, una mente hermosa pero se está desintegrando por toda la medicina"

"Alice:

No te dejes llevar por lo que los demás piensen de ti, tú eres única pero...siento que no deberías estar tanto tiempo en tu mundo, de vez en cuando es bueno volver a la realidad. Yo estoy aquí, no dudes en pedirme ayuda, no importa cargar con tus problemas...debes aprender a confiar en la gente sin miedo a ser lastimada, no importa cuantas veces entregues tu corazón a alguien que no lo valora...de eso se trata la vida, pequeña. No hay corazón roto que no se cure ni corazón protegido que no se destruya. Algún día encontraras a alguien, te lo aseguro. Eres especial, te mereces lo mejor. Ya no derrames lágrimas, eres hermosa sonriendo, no lo dudes (;

Con cariño,

Kentin."

La carta él la había escrito antes de irse, la envió por correo junto con un oso de peluche. No quería llorar frente a mi madre, si lo hacia ella no me entendería. La canción, mi vida...quizá lloraba por tonterías pero si seguía tragándome mis palabras y sentimientos terminaría ahogándome.

"Herida" (Fanfic corazón de melón)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora