"52"

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Narra Fabián Hoffmann

Ví como Grecia abrazaba a Colton un segundo y no me gusto para nada su acto. Ella estaba sonrojada y él algo serio, enseguida me acerqué a mi esposa

—¿Qué pasa? —dije y Grecia fijó sus ojos en mi

—Fabián —ella feliz dejó un beso en mis labios tiernamente —Llegaste antes. Colton me decía que como no vendrías tan temprano él se ofrecía por si necesitaba algo —dijo ella aún viéndome

—Colton —salude

—Fabián —hizo un movimiento con su cabeza —Ahora si me disculpan, me retiro

Salió de la casa, lo seguí con la mirada hasta meterse en el almacén

—¿Qué hay ahí? —dijo Grecia viendo a través del vidrio el gran portón —Siempre hay hombres ahí, y tú y Colton también frecuentan ese lugar —me miró interrogante 

—¿Por qué abrazas a Colton? —era lo único en lo que podía pensar ahora —Le dije claramente que no lo quería cerca de ti...

—¿Por qué le pediste eso? —se cruzó de brazos

No había duda de que Grecia seguía siendo muy inocente, no se daba cuenta del interés que Colton siente por ella. Le gusta mi esposa, ella no lo nota.

Reí un poco y acaricia mi mejilla

—¿Ya comiste? —pregunte —Veamos una película o algo —la acerqué a mi

Ella asintió con una sonrisa

[...]

Entré en la habitación con un tazón de comida chatarra en las manos. Ella estaba sobre la cama con las piernas estiradas y viendo la TV. Ví en la mesita de noche una bandeja con un plato de comida

—¿Y eso? —dije poniéndome a su lado

—No es nada —se encogió de hombros —No...quise comer más

Fruncí el ceño

—¿Por qué?

—Estas preguntón hoy —me miró divertida

No le hice más caso a la comida y le extendí una taza con helado.

Comenzamos a ver televisión. En realidad quería esto, estar con ella era lo único que necesitaba para calmar el estrés que me producía verme con Albert todos los días... Para suprimir las ganas de matarlo

—. ¿Qué tal la casa? —. Me preguntó

Estábamos en su oficina, yo contaba todos los cargamentos del último mes mientras él tomaba un trago de vodka

—. Está bien —. Dije cortante

Sonrió victorioso

—. Estuve averiguando sobre tu madre y esposa —. Hay se ganó mi atención por completo

—. Y...

—. Tu madre está en su casa, sufriendo —. Rió —. Y parece que tú esposa se fue de viaje —. Me miró —. Parece que a un tipo de retiro espiritual

Suspiré mentalmente aliviado

—. Palabras de tu madre —. Bebió de su trago

Estaba tan concentrado en la pantalla frente a mi que no noté el momento exacto en el que Grecia se levantó de la cama y se encerró en el baño

Se tardaba mucho, así que me levanté de la cama y me acerqué a la puerta. Toqué

—¿Grecia? ¿Te sientes bien?

No obtuve respuesta. Volví a tocar, oí como, vomitaba

—Grecia. Abre la puerta —dije demandante

—Un...un momento —la oí decir con voz baja

Espere unos segundos más y al fin, abrió la puerta. La ví pálida

—¿Qué tienes? —la tomo entre mis brazos —¿Te sientes bien?

Ella asintió. Se soltó de mi y fue a la cama, se recostó y rascó sus ojos

—Creo que llamaré a un doctor —iba a salir de la habitación pero me detuvo

De verdad no sé veía tan bien como todos los días, podía notarlo

—No. —la mire —Acuéstate a mi lado —me miró de esa manera tan tierna

Me acosté a su lado y acaricié su brazo






Narra Grecia Evans

Él acariciaba mi brazo y yo bostece, tenía sueño. Había vomitado, era la segunda vez. Necesitaba esas pruebas ya

—Fabián —le llamé. Me di la vuelta y quedamos cara a cara

—Dime —susurró

Siempre Fabián era cuidadoso y paciente conmigo, por eso no quería insistir en el tema de una familia. Pero si de veras estaba embarazada tenía que ir acoplando a ello

—¿No...no te gustaría tener un hijo? —su semblante cambió por completo

Se separó de mí y se sentó en la cama. Imite su acto y me senté junto a él

—¿Porque preguntas eso? —dijo con dureza y sentí un pequeño dolor dentro de mi

—Yo...solo pregunto. ¿Hay algún problema?

—Tu quieres ¿No es cierto? —me miró

—No le veo nada de malo. Sería un sueño para mí tener un bebé —dije con ilusión —Sería un regalo —susurré

—Para mi no. —lo mire —No es el momento

—¿Entonces cuándo?. Siempre estoy aquí, sola...

—No insistas, Grecia —dijo esta vez más serio —Nada de hijos, ni hoy ni mañana ni nunca. —hablo firme

Mis ojos se llenaron de lágrimas por la leve sospecha que ya tenía

—Eso es muy cruel de tu parte...

—¿Cruel? —rio sarcásticamente —Mira en la situación en la que estamos. Un hijo solo seria un estorbo

—No sigas —dije al borde del llanto

—No. Tienes solo 21 años Grecia, no es el momento de tener hijos, te lo he dicho muchas veces. Además de tu condición cardíaca

—Te conozco, para ti nunca será el momento. Y qué importa mi edad, cuántas veces me has hecho el amor y no piensas en eso. Mi enfermedad no es un impedimento para un embarazo, y lo sabes —dije, me empezaba a enfadar

—Basta —me miró desde el extremo de la habitación

—Es muy egoísta de tu parte Fabián.

—¿Por qué crees que estás aquí encerrada? —me preguntó con el ceño fruncido —Aquí te cuido, solo a ti. Si hubiera alguien más, como un bebé sería todo más complicado

—No entiendo porque lo ves así... —baje la mirada, ya había comenzado a llorar

Lo oí suspirar y se acercó a la cama. Tomo mis manos y besó el dorso de estás

—Amor... Entiéndeme —dijo —Me gusta así. Solo tú y yo. Es perfecto 

Solté mis manos de las suyas

—A mi también Fabián —dije mirándolo —Nunca pensé que al hombre con el que me case por un contrato lo amaría tanto —dije con sinceridad —Pero quiero que algún día tengamos un pedacito de ambos

Algo dentro de mi me lo decía. Estoy embarazada...

—No insistas, Grecia —dijo y asentí —Te amo —besó mi frente 

Ahora sí estaba preocupada, lo más probable es que estaba embarazada, y ya Fabián empezaba a negarse sin saberlo. Me asusta que pueda pasar de aquí en adelante, si estoy embarazada y él no quiere tener hijos me iré otra vez a Vancouver, no me importa dejarlo, con tal de tener a ese bebé

Una Vida a tu Lado [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora