Epílogo

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Aquella mañana jamás debió pasar, si tan solo no hubiese fallado con ese bastardo nada de esto habría pasado. Debí arrancarle la lengua en cuanto pude, pero fui cobarde.

Es increíble como por tan solo un error minúsculo, todo un plan que llevó años se va por la borda, como un efecto mariposa. Una mariposa está en el jardín aleteando y en Rusia hay una tormenta de nieve.

Demian, el mayordomo (y mi mejor amigo), vino desesperado hacia mi habitación, ni siquiera se molestó en tocar la puerta o siquiera decirme que estaba pasando.
Lo mire, me miró, ambos sabíamos que ya era demasiado tarde, ese bastardo había logrado escapar y dar aviso a la policía y los medios. Mi plan infalible había fallado, no tenía opción más que huir.

Podría haber escapado en secreto e iniciar una nueva vida en Nueva Orleans como costurera, pero nada de eso importaba, pues mi plan de escape estaba obstruido por un árbol que cayó la noche anterior debido a la gran lluvia que se produjo.

Me tomé mi tiempo en vestirme, arreglarme y maquillarme, podría haber fracasado mi plan, podría estar a nada de ser arrestada y recibir cadena perpetua pero al menos, quería verme bien para las cámaras y el juez. Ya que ni todo el dinero que gané durante tantos largos años iba a librarme de esta.

Tomé mi bolso favorito, busqué a Demian para que me acompañe a salir de mi casa, me tomó del brazo y dijo con esa suave voz que tenía- "Te he acompañado en todas las presentaciones y conferencias que has tenido, te vi crecer y ser exitosa..., ahora te acompañaré para ver al juez y recibir la condena"- a veces Demian era tan lindo con esa voz, lo besé muy apasionadamente y me siguió el juego.

Amaba a Demian más de lo que podría haber imaginado, fue mi único amigo que me acompaño en todo momento, me vio en mis días más fuertes y en mis días más débiles y se quedó.

Compartíamos muchas cosas en común, por ejemplo la tortura física y psicológica, el sexo desenfrenado, el paté, tomar whisky "White Horse" en los días de invierno, Hablar a cerca de las nuevas técnicas de negocios para mi empresa, los libros de terror y nuestras clásicas películas de cine de clase b. Era mi fiel compañero y creo que, después de tantos años juntos, por fin estábamos listos para dar el siguiente paso.

Solo que obvio, tendríamos que iniciarla en la cárcel. Aún así, estaba dispuesta a ello sin ningún obstáculo de por medio.

Después de un rato abrimos las puertas de la entrada y salimos como si estuviésemos a punto de recibir un premio, solo que esa vez, íbamos a ir a la cárcel.

Muchas personas podrán juzgarme, tratarme de monstruo, que soy rencorosa, que aquellas personas no merecían morir ni todo el maltrato que recibieron de mi parte durante ese año. Pero vamos, al final del día ¿era karma, o ... venganza?.





Rocio D. ~♡

Mi Dulce y sangrienta venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora