I.

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  EPÍLOGO

Mi mirada estaba perdida, mi corazón estaba reprimido. Levanté mi mirada hacía sus ojos llenos de lagrimas.

Ahí supe qué todo se había acabado, todo para mí. Había provocado el llanto de mi dichoso "verdadero amor". Nunca quise hacerlo sufrir, todo estaba nublado solo observaba la imagen viva de él suplicando que no me marchara, que lo intentáramos de nuevo, que sería diferente.

Palabras vacías, que de igual manera dolían e ardían en la misma herida.

Contemplando ese escenario, saber que si no lo conociera me hubiera rendido ante todo. Esta ves no fue así, me marche y no volví a mirar atrás, aunque eso significara abandonar a mi corazón en ese algo que alguna ves vivió.

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⏰ Última actualización: Sep 07 ⏰

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Entre rosas blancasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora