Her Voice | Satoshoko (One Shot)

𝐇𝐄𝐑 𝐕𝐎𝐈𝐂𝐄

"Tu voz es mi melodía favorita"

Dicen que la armonía más dulce es el sonido de la voz de la mujer que se ama, para Satoru Gojo hace años le pareció una estupidez y una de las cosas más cursis que había escuchado; sin embargo, después de conocerla y enamorarse perdidamente de aquella joven de cabellos castaños, la frase anteriormente escuchada volvió a su mente, y esta vez sin dudarlo le dio toda la razón.

Porque no había nada más relajante que escuchar la melodiosa y dulce voz de su amada, cuando le contaba sobre su día o lo regañaba por molestar a Ijichi, también cuando le gritaba que era un idiota por jugarle una broma pesada o entre sus brazos gimiendo su nombre, incluso cuando se acurrucaban y le susurraba todas las cursilerías que nunca esperó oír provenientes de ella, todo lo que salía de su boca era magia convertida en palabras, tan armoniosa y gratificante que deseaba oírla siempre.

Sonreía embobado mientras la observaba mecer a su pequeña hija de apenas unos meses, a la vez que la arrullaba con una vieja canción infantil, haciendo que su niña durmiera rápidamente; con cuidado la depositó en la cuna y se acercó a él para abrazarlo, encantado no dudó en corresponder su abrazo y besar con dulzura su cabeza.

—Sigue cantando, adoro tu voz —susurró cerrando sus ojos para disfrutar del calor de su esposa.

La escuchó reír bajito. Mierda, hasta su risa era hermosa y melodiosa. Por un momento se preguntó si acaso ella también tenía las mismas sensaciones que él cuando lo oía hablar. Esperaba que si.

Por su parte, Shoko era consiente que no tenía la voz de una cantante profesional, pero tampoco estaba tan mal; se aclaró levemente la garganta y comenzó a cantar mientras paseaba sus manos sobre la ancha espalda de Satoru. Su cabeza descansaba en su pecho, podía oír a la perfección los latidos de su corazón, se sentían tan presurosos, como si estuviera a punto de salir de su cuerpo; sabía que ella podía tener esos efectos en él, más que nada cuando cantaba o tarareaba alguna canción, sea cual sea, siempre se sorprendió de que él amara tanto su voz como para que su pulso de acelerará. Era lindo.

Satoru recordaba la primera vez que la oyó interpretar una canción, estaban en primer año, casi a mitad de este, eran cercanos, pero no tanto como llegó a serlo con Suguru, él caminaba por los pasillos de las habitaciones cuando una suave voz captó su atención, sigilosamente abrió la puerta del dormitorio encontrándose con Ieiri usando sus audífonos y cantando sin pena alguna, también recordaba el momento en que ella volteó y se asustó al verlo, tirándole por reflejo el libro que tenía en sus manos, este golpeó su rostro con fuerza, haciendo que sus gafas de sol se rompieran. Ninguna disculpa le llegó aquel día, más bien regaños sobre que era malo invadir la privacidad de una dama y unos cuantos golpes, cortesía de Geto.

Soltó una risa mientras escondía su rostro entre el cuello y el hombro de Shoko.

—¿Qué es tan gracioso? —Preguntó divertida.

—Recordé la vez que me tiraste un libro en mi precioso rostro.

—Eso te pasó por pervertido —dijo ella rememorando el pasado y saliendo de entre los brazos de su esposo.

—Ya te dije que no quería espiar —observó como su mujer se acercaba a la cuna—, solamente quería saber si eras tú la que cantaba —caminó hasta dar con ella y la abrazó, relajando su cabeza en su hombro.

—Excusas, excusas —murmuró ella.

—Piensa lo que quieras, de igual forma, todo salió bastante bien —habló mientras acariciaba la alianza de casamiento en su delicada mano.

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Contenta de publicar este drabble, lo escribí hace un tiempo para un bingo satoshoko, pero jamás pude terminar ese reto, asi que decidí publicarlo aparte xdxd