Sweet Talk

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Bien, si Blitzø quería iniciar con su propio negocio de asesinos, él iba a necesitar incrementar su personal

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Bien, si Blitzø quería iniciar con su propio negocio de asesinos, él iba a necesitar incrementar su personal. No podía ser un negocio con sólo él ¿no? Así que lo lógico sería encontrar a alguien que complementara su estilo de pelea y dado que Blitzø prefería las armas de fuego, él iba a necesitar alguien que fuera bueno apuñalando y desmembrado enemigos con cero moral y mucha lealtad.

En Orgullo existía distritos para todo tipo de profesionales. Alguien había pensado que sería divertido poner el Distrito Mercenario junto al de Trabajo Sexual. Él podía imagina al bastado que debió haber leído sobre la petite mort y creído que sería hilarante poner ambas profesiones juntas. Pero por lo que Blitzø había estado investigando, su próxima asociada sería perfecta.

Cuando la encontró ella estaba al otro lado de un cuchillo ensangrentado.

Le habían recomendado buscar a la imp del Distrito Mercenario, quien recientemente había asesinado a todos los miembros de su camarilla de imps. Eso le había dado una mala reputación a la imp. Al parecer ellos habían intentado usarla por sus habilidades de combate, la habían querido pagar menos que al resto y ella respondió con muerte.

A los ojos de Blitzø, eso era como ser parte del jodido cuadro de honor.

El cuerpo en el callejón seguía caliente, uno de esos pecadores ridículamente altos y con más extremidades de las necesarias. Blitzø observó a la imp levantarse y lo primero que él reparó fue en la forma en que su diminuto cuerpo era increíblemente imponente. Pequeños pies, delicados tobillos y gruesos muslos que solo enmarcaban anchas caderas. Cualquiera rogaría morir entre esas piernas. Ella tenía una pequeña cintura y un pecho plano que, en lugar de ser un rasgo desfavorable, solo resaltaba más sus curvas inferiores. Los ojos amarillos de la imp se clavaron en él y su larga cola se movió lentamente como un depredador.

Ella dio un paso hacia el frente.

Ojos delineados, sombras oscuras y labios pintados de negro en una mueca letal. Su cabello era corto, bastante práctico y sus cuernos eran lo suficientemente largos para ser usados como armas. La imp giró el cuchillo entre sus dedos y la sangre voló por todos lados. Una gota cayó cerca de los pies de Blitzø.

— ¿Quieres ser el siguiente?

Ella tenía acento, definitivamente una imp de Ira, posiblemente con un rancho o granja. Pero en lugar de quedarse en la cómoda vida familiar, ella estaba vendiendo sus habilidades en el Distrito Mercenario.

— Pensaba contratarte ¿Es eso lo que haces con la gente que quiere pagarte? —Blitzø se burló.

La imp saltó sobre él. La cola se cerró en su cintura y lo estampó contra la pared. Un brazo estuvo presionando su cuello. El cuchillo se clavó en su mejilla. La diferencia de estatura fue innecesaria cuando ella usó la cola para hacer que Blitzø se doblara lo suficiente que ambos estuvieron uno frente al otro.

Ella olía a moras.

— ¿Ves al idiota en el suelo?

— ¿El muerto? —Blitzø preguntó con una sonrisa ladeada.

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