Must be Love

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Su padre una vez le dijo que la vida era un musical. Y tal vez tuviese razón. Porque Moxxie sentía que los eventos más importantes de su vida solían desarrollarse en tres actos, incluido un intermedio. Y él no tenía verdadera forma de detener todo eso.

Primer Acto

Moxxie no estaba seguro de tomar ese trabajo. Él había entrenado con su tío, uno de los mejores mercenarios que existían y desde niño había querido seguir sus pasos. Claro, en ese entonces él había creído que su tío usaba sus armas para proteger a los suyo y a su familia, pero eventualmente entendió que era más complicado que eso. Todo se trataba de negocios. Así que Moxxie se había quedado con un particular set de habilidades y una necesidad de usarlas.

¿Pero valía la pena meterse en un negocio que apenas estaba comenzando?

En parte admiraba a Blitzø, era un imp haciendo su propio nombre y tomando un espacio dentro de la industria principalmente formada por pecadores que podían regenerarse y revivir. Así que eso implicaba algo de agallas y determinación. Pero por otro lado ¿Estaba dispuesto a trabajar con alguien tan vulgar y atrevido que obviamente estaba burlándose de él y sus buenos modales?

Tal vez no debía aceptar.

Definitivamente no debería hacerlo.

— Oh ¿Este es el francotirador que tanto te llamó la atención?

Cuando Moxxie llegó a su entrevista, Blitzø le había indicado quién era Millie desde lejos porque ella había estado ocupada en el teléfono.

Blitzø y ella no podían ser más diferentes.

Pero curiosamente, cuando Millie entró en la oficina, Blitzø extendió su mano hacia ella y en un sincronizado acto, Millie se apoyó en él para sentarse en la mesa.

Moxxie se presionó contra su silla el resto de la entrevista sin poder apartar los ojos de ellos dos.

Había algo en la forma en que Millie y Blitzø lucían juntos. Tal vez eran las miradas que intercambiaban, las bromas crudas de Blitzø y la risa de Millie o el cómo ella traducía los comentarios ásperos del otro imp para revelar sincero interés y preocupación que al parecer Blitzø tenía dentro de él.

Moxxie terminó aceptando trabajar en I.M.P. viendo su mano desaparecer entre los largos de Blitzø y días después ni siquiera supo explicar por qué.

Segundo Acto

Ni siquiera había terminado su primer mes y Moxxie tenía una teoría de qué estaba pasando.

Le gustaba Millie.

Debía ser eso.

No había otra explicación.

Le gustaba su risa suave y sus comentarios rápidos. Le gustaba sus bromas y su despreocupado carácter. Y definitivamente le gustaba su fuerza inhumana y sus letales habilidades con armas afiladas.

Era eso.

Por eso había aceptado trabajar en I.M.P.

Porque Millie suavizaba a Blitzø.

Moxxie respiró hondo y se sentó sobre sus talones para relajar su postura. El rifle se movió ligeramente entre sus manos y Moxxie aferró su agarre.

Él era bueno con sus armas. Excelente, en realidad. Pero cuando se trataba de realmente matar a alguien de manera permanente había algo que lo atormentaba.

Moxxie entendía por qué había aceptado trabajar en I.M.P. pero no lograba comprender por qué Blitzø lo contrató.

— Ahí estás.

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