capitulo 12

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“Voy a cuidarte siempre, es una
promesa”

Dicen que el amor es color de rosa y con un leve olor a Jazmin, pero creo que eso no aplica para todos, porque nuestro amor venía pintando al color de las pesadillas y con olor a sufrimiento, creí que al rescatar a Felix todo acabaría pero el tiem...

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Dicen que el amor es color de rosa y con un leve olor a Jazmin, pero creo que eso no aplica para todos, porque nuestro amor venía pintando al color de las pesadillas y con olor a sufrimiento, creí que al rescatar a Felix todo acabaría pero el tiempo nos haría saber que lo que habíamos pasado nada más era una pequeña fracción de lo que se vendría y el verdadero sufrimiento estaba por empezar.

Felix dormía junto a mí, yo observaba ese tierno rostro lleno de pecas que parecían constelaciones, acariciaba su cabello rubio, y entonces pensé que seguramente en mi vida anterior había salvado al mundo para que en esta vida me recompensarán con un ángel.

Pensaba en eso y de pronto las pesadillas llegaron, Felix gritaba que lo dejaran.

—Ya no por favor— repetía una y una vez yo intentaba despertarlo pero parecía que estaba en trance.

Y cuando al fin logré despertarlo, se aferro a mi cuerpo, tanto como pudo, sentí sus brazos apretarme fuerte, vi como sus ojos se llenaban de lágrimas.

Le devolví el abrazo y un beso en su frente, quería que sintiera que nada más era una pesadilla que todo aquello había acabado, que yo estaba ahí junto a él.

Mi pequeño Lix, tenía traumas debido a lo que le había pasado y yo me sentía culpable por no haberlo protegido.

La noche se hizo larga, no dormí nada, me quedé cuidándolo toda la noche,
Sentí como las lágrimas empezaron a caer de mis ojos y es que me preguntaba ¿como un padre puede hacerle tanto daño a su hijo?, ¿Como pudo hacerle daño a una de las personas más dulce y tiernas del mundo?

-Felix, es un ángel que la tierra no merece, yo aún me cuestiono si lo merezco, si soy digno para estar con tan asombrosa persona.

A la mañana siguiente, me levante temprano e intente hacerle unos Brownies, pero no me salieron como quería, había hecho un desastre en la cocina y es que no soy bueno para la repostería, por mucho que Felix me enseñara yo nunca aprendí.

Cuando Lix despertó, bajo a donde yo estaba, y al ver la cocina hecha un desastre, se burlo de mí, por supuesto, al principio me vió serió y luego soltó una carcajada que hizo eco en la casa.

Vi como aquel solecito al cual le habían apagado su brillo, empezaba a brillar nuevamente, me sentía tan feliz que no pude evitar que mis lágrimas salieran.

Felix, Corrió a donde yo estaba y coloco sus manos sobre mis mejillas limpiando mis lágrimas con sus dedos pulgares.

—Lo siento, no quería burlarme de ti—
Dijo haciendo un pequeño puchero.

Yo no dije nada, solo me aferre a él, rodee su pequeña cintura con mis brazos, escondí mi rostro en su cuello y seguí llorando, aquel nudo en mi garganta se hacía cada vez más grande.

—Jinnie ¿Que pasa cariño?— Me susurro al oido, acariciando mi espalda.

—Estoy Feliz de que estés conmigo— contesté con mi voz quebrantada.

—¿Si estas Feliz por que lloras?— Pregunto separándose de aquel abrazo y viéndome fijamente a los ojos.

—No lo se Lix, lloro de alegría supongo—
Le respondí dedicándole una pequeña sonrisa.

—Va, deja de ser un bebé llorón y ven aquí y prepararemos los Brownies juntos— Dijo mientras se colocaba un delantal.

Amo cada vez que cocinamos juntos, nos divertimos tanto que quería que el tiempo se detuviera, que el mundo dejara de girar y congelará este bello momento.

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¿Donde esta Felix? (Hyunlix) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora