Shu & Rinka

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Desperté al sentir un cuerpo tumbándose en mi cama. Rodé sobre mi costado para poder ver a mi principe.

Shu estaba acostado a mi lado, con su brazo sobre los ojos, ocultando esos hermosos ojos que tanto me gustaban. Vestía una camisa blanca remangada en los antebrazos.

Podía oír la música que desprendían sus audífonos, cada nota sonando con una armonía asombrosa, conmoviendo mis sentidos con su melodía. Música clásica, la favorita de Shu, y se convirtió en la mía también desde que conocí a mi principe.

Me encantaba observar al mayor de los Sakamaki, su cabello rubio, su pálido rostro, su trabajado cuerpo, todo...

Shu, al sentir mi mirada fija, bajó su brazo y me observó. Nuestras miradas se mantuvieron firmes. Una competencia de miradas, y claro, no quería perder.

Él mostró una sonrisa y cerro sus ojos. Já! Ganè.

- Si sigues observándome así... no podré contenerme - susurró Shu.

- No quiero que te contengas - dije, lo más sexy que fui capaz mientras deslizaba mi dedo índice por su pecho.

Abrió los ojos y apoyó su cuerpo sobre su codo. Yo hice lo mismo, imitando su postura. Frunció ligeramente el ceño ante mi movimiento. Me encataba cuando fruncía el ceño.

- Te arrepentirás de haberlo dicho - dijo Shu, en tono lascivo.

- No lo haré - sabía que tener sexo con él era muy agotador, pero delicioso a la vez.

- Ya lo veremos - dijo acercándose a mí.

Me tumbó sobre la cama, agarrando mis hombros con demasiada fuerza.

- Shu... duele - jadeé entrecortadamente.

Él ignoró mi comentario y comenzó a lamer mi cuello con su cálida lengua. Me dejé llevar ante la humeda sensación hasta que enterró sus colmillos en la piel de mi cuello. La sagre brotó de la herida y algunas gotas escapaban de los labios de Shu, que gemía tras cada sorbo. Ser mordida dolía, pero hacía la situación más exitante.

- Tu sangre tiene un sabor especial cuando te exitas - susurró antes de besar, morder y succionar mi piel, dejando un chupón que demoraría días en irse.

- N-no lo estoy - dije a la defensiva, sonrojándome apenas.

Él soltó una pequeña carcajada y besó mis labios. El beso comenzó tierno, y se fue haciendo más rápido y con más pasión. Llevé mis manos a su nuca y retiré sus audífonos, aventándolos por los aires.

Sus manos acariciaban mi cuerpo, las introdujo dentro del camisón que llevaba puesto. Colocó sus dedos sobre mi estómago y fue ascendiendo hasta mis senos.

- Esto va a ser innecesario - dijo mientras pasaba sus dedos por la copa de mi sujetador.

Arqueé mi espalda para facilitarle el paso al broche del sujetador, sus ágiles dedos se dirigieron a mi espalda y lo desabrocharon con facilidad. Alcé mis brazos para que pudiera quitarme el camisón. Llevó sus manos a mis muslo, ascendiendo por ellos y llevándose consigo el camisón junto con el sujetador, dejándome sólo en panty. Él paró sus movimientos y me observó detalladamente.

- Eres tan hermosa - dijo, agarrando mis muñecas y colocándolas a cada lado de mi cabeza - tu cuerpo será mío.

- Shu... - gemí.

Unió nuestros labios en un beso, metió su lengua dentro de mi boca y la enredó con la mía. Nos exigíamos más con cada beso con nuestras respiraciones mezcladas. Soltó mis muñecas y colocó sus manos en mis caderas. Agarró mi panty y lo fue deslizando por mis pálidas piernas.

Diabolik Lovers [I'm yours] one shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora