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"Oh, vaya..."

Soobin murmuró por lo bajo, observando a Hueningkai, quien lo miraba, nerviosamente extendiendo la mano y colocando su mano sobre su muslo. Los dos estaban hacinados en un pequeño sofá de cuero negro de dos plazas, con Soobin a la izquierda y Kai a la derecha, sus cuerpos apretados uno contra el otro mientras miraban esporádicamente la gran televisión que se escuchaba al otro lado de la habitación. La pantalla mostraba la pornografía heterosexual más sucia y desordenada jamás vista, un desastre de enormes tetas, saliva y pollas gordas, el sonido y la vista hacían tanto para avergonzarlos a los dos como para excitarlos.

Hyuka fue fácilmente el más visiblemente afectado de los dos, sus mejillas estaban pintadas de un adorable color rosa brillante, haciendo todo lo posible por apartar nerviosamente la mirada de la pantalla, muy consciente de que estaba frente a la cámara y no quería que lo atraparan mirando. Su vacilación de ser visto como un pervertido fue aún más adorable cuando se puso en contexto, la inutilidad de todo realmente se mostró mientras masajeaba suavemente el muslo de Soobin con la mano, a punto de hacer cosas igualmente sucias ante la cámara, pero aún inquieto por la idea de ser atrapado mirando porno.

Soobin apenas prestaba atención a la pantalla en primer lugar, pasaba la mayor parte de su tiempo charlando torpemente con su maknae y asimilando su reacción a todo lo que sucedía, su respiración se aceleraba a medida que la mano en su muslo subía lentamente, centímetro a centímetro, hacia su entrepierna. No estaba escondiendo nada exactamente, vestido con una camiseta blanca holgada y un par de pantalones de chándal grises holgados, un bulto grande y pesado que yacía bastante desagradable contra su muslo derecho, pero la nueva experiencia de ser tocado de esa manera por el el chico con el que pasaba cada momento todavía estaba lejos de ser algo a lo que estaba acostumbrado.

Una mano nerviosa empujó lentamente a un lado el dobladillo de la camiseta suelta de Soobin, Hueningkai miró a Soobin para pedirle permiso para avanzar, de alguna manera luciendo aún más avergonzado y tímido de lo que ya era. Soobin sonrió y deslizó su mano para frotar la espalda baja de Hyuka, asintiendo suavemente y recostándose para dejar que el otro chico se encargara de todo. Los dedos delgados de Hueningkai tiraron lentamente de la cinturilla elástica de los pantalones deportivos de Soobin, sacándolos lo suficiente como para poder deslizarlos por sus muslos pálidos y tonificados hasta que estuvieron alrededor de sus rodillas, revelando lo que llevaba puesto debajo; nada.

En el momento en que Hyuka comenzó a bajar los pantalones de Soobin, la enorme y gorda carne del conejito golpeó contra su vientre, libre de la restricción de la tela suave que la mantenía presionada contra su cálido muslo. La polla de Soobin era hermosa; absolutamente enorme en tamaño, cerca de nueve pulgadas en total, toda la longitud decorada con gruesas venas azules, con una punta rosada casi del tamaño de la mitad de una manzana. Sus enormes y pesados testículos colgaban debajo, encerados completamente lisos, con su saco cremoso y pálido descansando contra el cuero negro del sofá.

"Oh... oh wow", se rió Hyuka, dudando en tocarlo o hacer algo con él, simplemente sentándose y mirando la gran y gorda losa de carne que descansaba sobre la barriga de Soobin.

Soobin miraba a Kai con cariño, tirando de su camiseta suelta hasta la mitad de su torso, exponiendo sus abdominales suavemente definidos, para darle un fácil acceso y una buena vista. Hyuka extendió la mano, su mano temblaba visiblemente, probablemente con una combinación de nerviosismo y emoción, y con cuidado tomó la gran polla de Soobin en su mano.

"¡N-ni siquiera puedo poner mi mano alrededor de él!" Kai se rió, tratando de hacer que su pulgar y su dedo índice se encontraran alrededor del eje de Soobin, poniendo la cara de sorpresa más linda pero tonta mientras miraba a su líder con sorpresa. Hueningkai se sentó allí jugando y jugueteando con la polla de Soobin por un momento, tratando de ver si podía colocar su mano alrededor de ella, comparándola con su antebrazo, apretando y tirando de ella, sentado allí y divirtiéndose con la gran carne de su líder.