Prólogo

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En las sucias calles de una ciudad japonesa todo puede pasar, sobre todo con una sociedad donde cualquiera tiene puede poseer el poder de acabar con edificios enteros o con varias personas, debido a eso existen los héroes, que pasaron de ser unos marginados de la sociedad que salvaban vidas sin ninguna recompensa aparte de las sonrisas agradecidas de los civiles a unos empleados del gobierno que son pagados por salvar gente.

Esa clase de cambios irritan la mente de Chizome, el cuál estaba patrullando las calles en busca de malhechores como buen héroe que es, no como otros que solo fingen y luego son los primeros en pedir el recibo.

Esa clase de pensamientos rondaban la mente de este héroe mientras miraba a sus alrededores en la oscura noche solo iluminada por las parpadeantes farolas que apenas emitían un brillo suficiente para únicamente ver si tienes una persona en frente. Por suerte Chizome Akaguro tenía buena vista nocturna y para él eso no era un problema, pero aún así no pudo evitar suspirar, era más que claro que su patrulla era en los barrios bajos de la ciudad, donde la droga, robo y villanía en general son pan de cada día.

"Y pensar que soy el único con las pelotas de patrullar por aquí" dijo para sí mismo, y era cierto, ningún otro héroe que él conociera tiene el valor para estar en barrios tan pobres como este y encima por la noche, ante estos pensamientos su mente recordó a sus padres que también son héroes de élite, pero rápidamente los borró de sus pensamientos para centrarse en su patrulla.

Unos pocos minutos después oyó voces fuertes provenientes de un callejón de su derecha, seguramente eran atracadores o adictos buscando desesperadamente dinero para pagar su droga, o por lo menos eso puede deducir ya que no escuchó gritos de ninguna mujer.

Para liberar sus dudas giró a la derecha y empezó a adentrarse en el callejón donde todo estaba más mugriento que de costumbre, mucha más basura visible en su camino lo hizo hacer una mueca de desagrado pero igualmente siguió avanzando para finalmente encontrar el origen de los gritos masculinos que había escuchado antes, y no podía estar más sorprendido cuando vió a dos hombres aparentemente criminales acercándose a un niño con el pelo aparentemente verde y unos harapos que sirven como ropa.

"¿Crees que nos ibas a intentar robar la cartera y salirte con la tuya?" Dijo uno de esos hombres el cual transformó sus dedos en alfileres seguramente por su quirk, mientras el otro sacaba un machete del bolsillo de su pantalón, el niño parecía totalmente aterrorizado.

"Ya os he devuelto el dinero, dejadme en paz, por favor" suplicaba mientras los dos hombres no tenían la intención de hacerlo, todo lo contrario, se acercaban cada vez más para no dejarle escapatoria.

"Te daremos una paliza y así te enseñaremos cómo debes comportarte en nuestro barrio, te has metido con las personas equivocadas" dijo el hombre del quirk de alfileres para acto seguido escuchar el la voz del héroe patrullero.

"Os debería dar vergüenza, sois escoria por intentar hacerle eso a un niño pequeño" dijo Chizome con una sonrisa mientras los criminales aumentaban sus nervios rápidamente.

"Ésto no es asunto tuyo, vete de aquí antes de que te demos a tí también la paliza de tu vida" dijo el compinche del machete amenazadoramente, pero en realidad era más que obvio el miedo y los nervios en su voz.

"Pues venid a por mí, quizá podréis aguantar dos minutos si lográis sorprenderme" dijo el héroe, provocando a los dos criminales.

"¡No nos vaciles!" Gritó el del quirk de alfileres mientras ambos corren hacia Chizome el cuál con un rápido movimiento lanzó dos cuchillas que cortaron la mejilla de ambos y rápidamente con un movimiento acrobático saltó encima de los y recuperó los cuchillos anteriormente lanzados que ahora estaban clavados en una pared para acto seguido lamer la sangre de ambas, activando su quirk de parálisis sanguínea.

"¡¿Qué demonios ocurre!?" Gritaron los dos a la vez mientras luchaban por moverse y fallaban en el intento mientras el héroe reía un poco ante sus reacciones.

"A dormir los dos" dijo dando varios golpes a ambos para dejarlos inconsistentes y así no haber problemas en se acabe el efecto de su quirk de parálisis.

Akaguro pensaba en lo facil que había sido, para acto seguido mirar al niño de cabello verde el cual todavía seguía temblando en la esquina del callejón.

"Ya me he encargado de esos hombres, no te preocupes" dijo intentando calmarlo, nunca se le habían dado bien el trato con niños y por ello no sabía si estaba siendo muy brusco o muy blando en varias ocasiones.

"Aún así he oído algo de que a uno de esos dos le habías robado la cartera, por lo que me tendrás que acompañar a comisaría, ¿Entendido?" Sentenció haciendo que el niño reaccione de golpe ante esas palabras, pero no de la manera que Chizome esperaba ya que el pequeño empezó a correr hacia él en un intento por sorprenderlo y así escapar, pero no funcionó y rápidamente el héroe agarró al niño de su camiseta hecha de harapos y lo levantó a la altura de su cara para mirarlo a los ojos.

Todavía seguía resistiendo e intentando escapar mientras Akaguro se fijaba en esos ojos color esmeralda que actualente no paraban de derramar lágrimas, pero sobre todo era raro ver la mezcla de verde y mechones negros de la cabellera del pequeño.

"Tu no vas a ningún sitio mocoso, ¿O acaso quieres que te lleve sin conocimiento al igual que esos dos?" Amenazó provocando que el niño negara con la cabeza, aunque el héroe no supiera a qué se supone que está negando.

"No puedo" dijo el niño muy suavemente al punto que fue casi inaudible para Chizome.

"¿No puedes qué?" Preguntó con cierta seriedad pero sobre todo estaba analizando la situación del niño el cual cada vez luchaba más desesperadamente por escapar.

"¡No debo dejar que me atrapen! Eso dice siempre mamá" gritó mientras que de un balanceo rompió su propia camiseta de harapos y cayó al suelo para acto seguido empezar a correr por las calles del nocturno y pobre barrio Japonés.

Chizome quería perseguirlo, pero entonces sabía que los dos criminales que había dejado inconsciente podrían despertar y escapar, por lo que tomó como prioridad llevarlos a la comisaría de policía y luego ocuparse de rastrear al niño ladrón que se había escapado.

Mientras el niño corría sin parar por las calles mientras de vez en cuando miraba hacia atrás para ver si ese hombre nocturno lo seguía, pero como resultó no ser el caso paró en mitad de una calle para que su pequeño cuerpo pudiera tomar aliento.

"Eso estuvo cerca" decía entre jadeos mientras luchaba por recuperar el aire y la energía perdida antes.

En cuanto se vió listo para poder volver a andar tranquilamente se preparó para la caminata de regreso a casa, pero por el camino un cartel adornado con colores amarillos llamó su atención.

¡Atención!
All Might visita él centro comercial de Musutafu el día 15 de Abril a las 18:00.

¡No os lo perdáis!

Este cartel también llamo la atención de Chizome el cuál se fijó en ese anuncio en su regreso a la comisaría y nada más leerlo ambos desde lugares distintos soltaron una risa de emoción.

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Bueno hasta aquí el prólogo espero que os haya gustado si es así no olviden votar y si no decidme en que tengo que mejorar ahora sin nada más que decir adiós.

Chizome y el niño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora