En el mundo hay muchas personas, con muchas personalidades y cualidades; son estas cosas las que nos hacen diferentes y únicos. A veces yo suelo clasificarlas como Luna y Sol.
El Sol brilla, es cálido y lo asociamos a la felicidad. Su luz es capaz de alejar cualquier oscuridad y nos invita a salir de nuestro caparazón y hacer cosas nuevas, a tomar riesgos y vivir el momento. Las personas que son como el Sol, suelen ser grandiosas, con una luz increíble que sólo puede ser comparada con esta gran estrella. Alejan cualquier oscuridad y te hacen sentir que eres especial.
La luna brilla, pero es fría. La asociamos a la tristeza y la oscuridad, nos provoca algo de miedo, puesto que su mirada es tan profunda que llega a nuestra alma, haciendo que nos sintamos cohibidos porque sabemos que ella nos conozce mucho mejor. Pero ella es muda y tranquila, nos envuelve y nos arrulla, como un bebé en nuestra cuna.
Mientras que unos son como el Sol, yo quiero ser como la Luna, para brillar y tener mi luz; porque aunque el Sol brille y sea cálido, la Luna con su brillo te envuelve y te invita a mirar, porque no te va a cegar con su luz. Ella te invita a estar cómodo y aunque esa luz no posea cálidez, es la serenidad que ella evoca la que te hace sentir seguro y amado.
Por eso quiero ser como ella, quiero brillar y que las personas se sientan atraídas por mi, para hablar y tener conversaciones que nos hagan sentirnos vivos, de esas que solo se tienen en las noches cuando somos vulnerables, que mi suavidad las envuelva y las invite a sentirse cómodos y escuchados, así como la Luna escucha cada noche a la estrellas y las invita a seguir brillando.

ESTÁS LEYENDO
Palabras de una mente saturada
PoetryEsta soy yo, intentado gritar al mundo lo que siento luego de vivir callada por tanto tiempo. Estos son mis poemas, los que expresan cuan intensos pueden llegar a ser mis sentimientos.