prólogo

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Cuanto Milena era solo una niña quedo obsesionada con los cuentos de princesas, aquellos donde al final siempre decían "y vivieron felices por siempre"

Amo la idea de saber que el amor duraba por siempre, que la persona de la cual te enamoraste por primera vez se quedaba siempre contigo.

Era simplemente hermoso.

Siempre deseo eso, estar al lado de su primer amor por siempre. Estar juntos durante toda su vida. Que todo fuera un perfecto cuento donde no importaba nada más que amarse mutuamente.

Todo fue un simple sueño.

Todo hasta aquel primer día de escuela, donde en su grupo vio unos preciosos ojos llenos de curiosidad viéndole.

Era una niña que a su infantil parecer, era simplemente perfecta.

En su mente se escucho un pequeño "click", y supo que aquella chica de ojos bonitos seria su felices para siempre.

Y como cualquier niña, simplemente tomo el control y fue directo a la pequeña.

Con una hermosa sonrisa hablo.

–¡Hola! Mi nombre es Milena, pero mis papis me dicen Mile. ¿Cómo te llamas tú?

Pudo ver confusión en el mirar de la otra pequeña. Se pregunto si había algo mal en lo que hizo.

El pensamiento desapareció casi de inmediato, cuando la contraria respondió con suave voz.

–Soy Karina, un gusto... Mile.

Y así empezó un tonto e infantil romance que duraría tanto.

Tanto pero no por siempre.

...

–Lo siento, pero creo que sería mejor terminar. Sabes que esto no funcionaria desde tan lejos. Y realmente... –hizo una pausa que solo hacía que los nervios de la rizada.

–¡Realmente qué, Karina! –grito con todas su fuerzas.

–¡Realmente esto no está funcionando y menos lo hará ahora que te vas! –respondió de la misma manera la menor de ambas.

–¡Pues vete muy a la mierda! –respondió Milena con una toque de quiebre en su voz – ¿no será más que quieres estar con otra persona y por eso me estas terminando, eh?

–¡Ya hablamos de esto, Milena! No hay nadie más que tú ¿cuántas putas veces debo repetirlo? –dio dos pasos hacia atrás cuando sintió la presencia de la mayor dirigirse hacia ella.

–Las malditas veces que sea necesario. –respondió con voz baja y amenazante la mayor, mientras la tomaba del mentón con fuerza y aplastaba su cara.

–M-milena, basta, déjame por favor... –contesto con una voz temblorosa.

Y así fue como aquel perfecto y lindo cuento de hadas creado por dos lindas niñas, simplemente hizo pedazos y callo sin compasión alguna.

Ese felices para siempre nunca sería para siempre.

¿O si...?

Uhm, lo dudo tanto.



...

Nota de autor: me saque esto de mi esquizo, perdón.

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