La hija del Dios Zeus y Atenea despierta debajo de lo que recuerda como el árbol en el jardín de su casa, Alexa despierta en busca de algún indicio cuando su padre se aparece delante de ella diciéndole que su destino es ahora y han pasado casi 1000...
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El aire me faltaba y salí como pude de ese lugar sacándome la tierra de encima y las rocas.
Había unas escaleras y salí por ahí con rapidez mientras intentaba que mi vista se aclarara ya que no veía del todo bien.
Estaba oscuro y lo único que pude pensar fue en la noche anterior.
- Vamos Padre, necesito un consejo.
Suspire mirando el enorme Nemeton, se supone que mi padre debería verme aquí y no lo veo.
- Madre necesito ayuda.
Ninguno contesta, siento algo distinto en el aire y suelo, camino un poco alejándome del árbol y siento un dolor en el pecho.
Me miro y noto la flecha enterrada en mí, la sangre sale por montones y volteó mirando entre las sombras un hombre vestido de negro.
Levanto mi mano hacia él mientras se prende en fuego, camino como puedo hasta el hueco que el árbol tiene abajo.
- Padre no quiero morir.
Unos pasos arriba me hacen guardar silencio mientras intento que no me vean.
- ¿Encontraron a la bruja? - alguien contesta que estaba aquí - Debe morir, debemos cortar este árbol.
Me abrazo a la raíz mientras me saco la flecha, no viviré, no lo haré y este será un día horrible.
Mis ojos pesan y me dejó caer cuando el árbol cae junto conmigo.
Me arrodillo a un lado del árbol mientras lloro, no puedo creer que el mundo sea tan cruel.
Un aroma delicioso llega a mí y me pasó los dedos a un lado de la boca, la sangre que tengo en mi mejilla me hace lamer de ella, pero el aroma viene del otro lado del árbol.
Camino mirando a una persona tirada ahí, su cuello está rasgado y camino hasta ella cuando la veo intentar hablar, el aroma de encanta y la muerdo mientras ella lucha intentando que me aleje.
El cielo truena mientras sonrió, es deliciosa, sigo consumiendo de su brazo hasta que no le puedo consumir nada más y la dejo caer, el Nemeton está a la mitad.
- Cadie - Volteó a ver el hombre que está de pie junto a el cadáver de la mujer - Hija mía.
Camina hasta a mí abrazándome, me toma por sorpresa pero le respondo haciendo lo mismo.
