Emma por Tres. |+18| ✔️

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Mikael:
Más tarde..
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Fuimos a mi departamento para buscar el teléfono de Axel.. Para ser honesto me causaba ansias saber cómo el padre de Emma torturaria a Tom; estaba más que claro que Tom hizo esto.

Entramos a mi departamento y les ofrecí algo de beber a ambos.

—¡Vaya! Para ser profesor.. vives demasiado bien —Julian me miró alzando una ceja.

—Para serle honesto señor Allen —le di el jugo—, mi familia es una de las más ricas de Rusia, incluso están inmiscuidos en asuntos de la mafia, toda mi familia es así, yo.. Pues decidí tomar otro camino, sentía que esa no era mi vida, mi padre quería que yo llevara las riendas del negocio y no —negué—, eso no es para mi, prefiero estar alejado de esas cosas.

—Más te vale —me señaló—, no quiero a mi hija en peligro por nada.

—No se preocupe por eso señor Allen, proteger a Emma es una de mis prioridades.

—¿Sabes usar un arma? —preguntó Jason.

—Si —asentí—, de adolescente recibí entrenamiento para eso, hace años que no uso una.

—Pues probablemente usaremos una, ahora, ve por ese teléfono.

Asentí y fui hasta la habitación donde se quedó Axel antes del cumpleaños de Emma, tomé el teléfono y le coloqué la clave, busqué en multimedia y ahí estaban dos audios, salí a la sala y le entregué el teléfono al señor Julian y reprodujo los audios.

Dónde estás maldita sea!? —gritó— ¡Abre la maldita puerta Emma! ¡Te dije que me la ibas a pagar.. Maldita zorra me cagaste los planes.. Pero esto no se queda a..

¡Perra desgraciada! ¡Cuando te encuentre me las vas a pagar.. Voy a mandar a qué te violen por puta! Me arruinaste los planes mocosa.. De mi no te libras tan fácilmente.

—Bastardo —el habló molesto—, Maxwell me envió la información de Tom, tengo que pagarle más tarde por ello.

—Si me lo permite, lo haré yo —el asintió— ¿Que haremos ahora? —pregunté.

—Pues estaba pensando en un plan.. —habló Julian pensativo—, vámonos.

Tomé mi abrigo junto con las llaves, los tres salimos de mi departamento y subimos al auto del señor Allen, el manejó hasta un almacén donde habían muchos autos esperando, estacionó el auto y bajamos.

—Vamos —demandó.

Los tres entramos al almacén donde estaban muchos hombres armados y vestidos de negro, el señor Allen se acercó a un hombre de unos cuarenta o cincuenta años, tenía el cabello completamente blanco al igual que su barba, el tipo usaba un traje de unos cinco mil dólares, el hombre era bastante alto e intimidante.

—Allen —habló un hombre—, tanto tiempo.

—Conrad —estrecharon las manos— conoces a Jason, el es mi yerno —me señaló.

—Bien ¿Que llevarás?

—Un bate de aluminio, dos navajas y un taser.