Carles, era un apuesto principe que con sus cabellos castaños y ondulantes al viento, sus ojos claros como el agua del mar, y una quijada angulosa y masculina despertaba los suspiro de todas las mujeres y doncellas del reino. Nadie podía negarlo; Carles era el hombre mas hermoso del reino.
Y mas allá de su belleza, sus habilidades físicas eran extraordinarias, tan comparables como la de los mas experimentados espadachines. Aunque era delgado, tenía la suficiente fuerza para manejar la pesada espada a la perfección, capaz de dar increíbles golpes certeros a sus blancos. En cada cacería relucía su destreza regresando al castillo unos días después con carne de faisanes, codornices, zorros, ciervos.. y hasta de los aguerridos Jabalí, si tenía la suerte de toparse con alguno.
Tras la muerte de su padre, Carles heredó el trono, y al convertirse en el nuevo rey las cosas cambiaron para él. Su vida despreocupada como principe había llegado a su fin. Con el peso de la corona y la carga de responsabilidad que ello implicaba, sus días de ociosos entrenamientos con caballeros, o sus largas cabalgatas y días de cacería por el bosque habían terminado.
Bastaron unos pocos días de ser coronado, para darse cuenta que ser rey era mas aburrido de lo que creía. Debía pasar largas horas en el trono, mirando hacia la nada misma en el pasillo. De vez en cuando firmar algún tratado, o hacer alguna aparición pública para saludar a su reino. Esos días, eran los favoritos de las mujeres que esperaban ansiosas en la plaza para ver semejante belleza pasar.
Sin actividades que lo entusiasmen, descubrió una nueva forma de canalizar su aburrimiento después de ser visitado por una comitiva del reino vecino; los banquetes.
— "Desea algo mas, su majestad?"
— "Quiero otra pata de Ciervo como esta ¡Esta deliciosa!.. pero esta vez con salsa a la naranja" ordenó Carles, y antes que se retirara agregó "Y mas de este vino"
Su padre tenía razón. Era mas facil gobernar con el estomago lleno. Después de todo, no estaba tan mal esto de los banquetes. Poco a poco, los fue incorporando mas frecuentemente. Que placer deleitarse con esos exquisitos aromas y mezcla de sabores con especias exóticas.
— "Majestad, que prefiere para el banquete de esta noche? Carne de oveja con caldo de verduras, tarta de pastel con pan de semillas de frutos secos.. o lomo de cerdo con papas y caldo?"
— "Las tres se oyen deliciosas, no puedo decidirme"
El súbdito aplaudió, y por la larga alfombra del recinto, entraron otros cuatro súbditos, tres de ellos con una bandeja, y uno al final con una vasija llena de cerveza
— "Que comience la degustación", ordenó el súbdito de mayor rango
Los subditos acercaron sus bandejas, y la destaparon frente al rey. Cada una de ellas contenía una de las comidas enumeradas. Primero llevó una gran costilla de cerdo a su boca ¡Que delicia!, y luego la untó con el caldo de maíz y cebada, para luego seguir con el pan. Disfrutó de llevarse cada bocado a la boca, fue probando todo lo que había en esas bandejas y aunque solo era para degustar, no dejó ninguna sobra. Al terminar, bebió toda la cerveza de la vasija
— "BUUUUUURPPPP... ¿Y postre de arándanos no hay?". Todavía tenía espacio para mas
— "No se preocupe, Majestad" hizo una reverencia y se retiró para cumplir la orden — "Enseguida, mi rey"
Las semanas pasaban, y era mas frecuente ver a los subditos yendo y viniendo con bandejas cargadas con deliciosos platillos; carne de verano con huevos de avestruz, jugosa carne de cordero con caldos, tierna carne de aves.. y Carles devoraba a todo sin piedad junto a un buen vino o una vasija de cerveza. Y en las noches, luego de atracarse con tanta comida, caía desmayado en la cama hasta que la luz del sol iluminaba por la ventana.
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CARLES: El heredero (Corto One-shot)
FantasyUn nuevo rey con gran apetito. Historia centrada en temas de feederism y engorde. (Si no te agrada esta temática, por favor no la leas)