Capítulo Siete.

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-Hey ¿estás bien? -La voz de Nigel interrumpió el tren de pensamientos de Jin.

-Dame un minuto -murmuró Jin.

-Bien entonces. Estaré abajo con JungKook y los cachorros. -Su mejor amigo le apretó el hombro, antes de salir de la puerta principal.

SeokJin echó una última mirada a su estudio. No había sido suyo durante mucho tiempo en realidad. Habían pasado dos años desde que dio a luz a los cachorros de JungKook. Desde entonces, él continuó viviendo con él, constantemente resolviendo los problemas en su relación. Desde el principio ambos sabían que no todo sería arcoíris y rayos de sol. Algunos días, querían matarse el uno al otro, pero lo superaban.

Aun así, JungKook le permitió quedarse con el apartamento, en caso de que Jin cambiara de opinión. La idea surgió una o dos veces, pero solo durante un par de segundos. Jin solo necesitaba ver lo que estaba a punto de dejar atrás antes de regresar a su departamento.

La mayoría de sus cosas habían sido empacadas, dejando sólo espacio vacío. Justo después de dar a luz, SeokJin le dijo a la agencia que JungKook era su última asignación. No lo tomaron demasiado mal, pero le dijeron que si todavía era fértil y elegía regresar, sus puertas siempre estarían abiertas. Jin pensó que era poco probable, pero mantuvo esa parte para él.

Caminó a lo largo del pequeño espacio, tocando las paredes desnudas, los espacios que una vez mantuvieron sus muebles. Parecía una vida más desde que se mudó a la ciudad, incierto y asustado de su futuro.

En ese entonces, Jim juró que no necesitaba un compañero para ser feliz... hasta que encontró al hombre correcto de todos modos. Después de hacer el recorrido, que fue un recorrido corto, cerró la puerta detrás de él. La llave de repuesto, la dejó dentro de un sobre junto con el último pago de su alquiler mensual.

Jin deslizó el sobre a través de la ranura de la puerta, sabiendo que el Sr. Johnson, el propietario lo encontraría. Sintiéndose lleno de energía, trotó escaleras abajo. Su corazón todavía estaba acelerado cuando llegó a la acera. Al ver a JungKook hablando con Nigel, no anunció su presencia al instante.

JungKook tenía a HoSeok Jr. sobre su hombro. El cachorro normalmente era ruidoso, pero esta vez, casi parecía un angelito. Nigel sostenía a Lizzie de la mano. Su pequeña niña estalló en una sonrisa enseñando sus dientes, viendo a Jin.

-¡Papi! -Ella lo llamó, delatando su posición.

-Hey, bebita. ¿Te has estado comportando? -preguntó.

Ella le guiñó un ojo. La adorable diablilla. Jin temía el día en que Lizzie creciera y empezara a llamar la atención. Por otra parte, podía confiar en que JungKook ahuyentaría a todos los chicos o chicas tontos que vinieran olfateándola.

-En su mayoría -respondió Nigel.

-¿Todo bien? -JK preguntó después de que Jin lo besó en la mejilla.

-Perfecto. Vámonos a casa.

-Esa es la señal para que nos vayamos -dijo Nigel, y luego le guiñó un ojo a Lizzie.

-¿Estás seguro de que estás bien con llevarte a los niños por un par de horas? -JungKook preguntó.

-No te preocupes, pastelito. El tío Nigel cuidará de sus pequeños ángeles.

Jin resopló. Los cachorros de hombre lobo podían ser problemáticos, especialmente cuando crecían. Especialmente a esta edad, a HoSeok y Lizzie les gustaba pasar de humanos a cachorros cuando querían. Adormecido, HoSeok Jr. despertó en el hombro de JungKook y este lo bajó.

-Recuerden no causar demasiados problemas a su tío Nigel -dijo, poniéndose la máscara de papá Alfa.

Lizzie soltó una risita.

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