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Minho cambió su peso de un pie al otro. Sabía que necesitaba hacer esto, solo que no había anticipado lo abrumadora que iba a ser la tarea.
No había vuelto a poner un pie en su apartamento desde antes de que Jisung se fuera, sabiendo que estaba lleno de innumerables recuerdos que Minho aún no estaba listo para enfrentar.
Minho presionó su llave en la cerradura. Debía enfrentarse a ellos. Al final, eran las únicas cosas que le quedaban de Jisung.
Giró la llave. No quería enfrentarse a ellos. Eran demasiado dolorosos, dos semanas no habían sido tiempo suficiente para huir.
Empujó la puerta para abrirla. Era ahora o nunca.
Entrar en su apartamento fue más discordante de lo que había temido. Medio esperaba que Jisung lo saludara en la puerta, como lo había hecho un millón de veces antes. Mientras caminaba, miró para ver si Jisung estaba parado en la cocina, cantando odiosamente mientras cocinaba como siempre lo había hecho. Incluso esperaba ver a Jisung sentado en el sofá rodeado de trabajos de investigación que le explicaría a Minho esa noche, con los ojos brillantes debido a la alegría pura de la química.
Pero, por supuesto, él no estaba allí.
El apartamento estaba tan oscuro y vacío como Minho debería haber imaginado que estaría.
Con piernas temblorosas, Minho se sentó en el sofá, con la cabeza entre las manos. No sabía que hacer, la vida no vino con un manual de cómo procesar la pérdida de todo tu universo.
No deseaba nada más que Jisung estuviera allí, sosteniendo su mano. Él sabría qué decir. siempre lo ha hecho.
Minho se puso en pie de un salto. Una de las últimas conversaciones apropiadas con Jisung había sido él diciendo que le había dejado algo. Confiaba en que tal vez, solo tal vez, Jisung lo conocía lo suficientemente bien como para guiarlo.
Se arrastró hasta el dormitorio, abrió el armario y levantó la mirada hacia el estante que Jisung había señalado. Siempre se había burlado de Minho por poder alcanzarlo y él no, y de alguna manera sintió que esta era la forma en que Jisung se reía el último. A Minho no le molestó eso.
Minho resopló mientras agarraba un taburete del estante inferior, balanceándose sobre él para revelar lo que había en el estante. Fue recibido por la vista de una caja con un patrón de estrellas marcándola. Minho lo alcanzó con vacilación, agarrándolo contra su pecho mientras saltaba y se movía para sentarse en la cama.
Había un sobre pegado a la caja con un gran garabato que decía "Para Honnie". Minho lo miró fijamente, agarrando la caja con tanta fuerza, como si estuviera preocupado de que se desvanecería si no aguantaba.
Sacó con cuidado el sobre de la caja, abriéndolo con una precisión lenta para asegurarse de no romper una de las únicas cosas que le quedaban de Jisung.
