Our Sapphire Oyed Omega |▫️[ BOTEN X TAKEMICHI ]▫️

CHAPTER 00 : PRÓLOGO

• NUESTRO OMEGA DE OJOS ZAFIROS •

Cada paso que daba sentía el temor de ser atrapado, con la respiración agitado, los pies siendo pinchados con cosa filosa en el camino, las piernas adoloridas por tanto correr, el omega de tan solo 23 años, no se podía permitir tener un descanso ante el miedo de ser encontrado por esos perros de la horrible mafia que lo secuestro sin saber el por qué.

Solo lo que recuerda era que un día se encontraba de lo más tranquilo en su pequeño apartamento –aunque no era de lujo, pero para él era cálido–, viendo películas mientras comía sus amadas papas fritas y hamburguesa.

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Las luces se encontraban apagadas en el apartamento y con la televisión en bajo volumen, mientras el chico disgustaba de su cena después de un arduo trabajo en la tienda de DVDS.

Todo estaba tranquilo y pacífico, cuando de pronto escuchó un crujido y chirrido de su entrada, en el momento el pelo teñido de 19 años, no le tomo importa porque pensó que era su imaginación pero luego otro vez se escucho el mismo ruido y entonces entro en pánico, ahora haciéndose la idea que alguien estaba queriendo entrar a su departamento, se acordó que todos los vecinos se encontraban ya durmiendo a su alrededor a esas horas, a guíen pediría ayuda, él vivía solo y se lamentó y arrepentía no haber aceptado a Akkun –hace unos meses atrás–, cuando su amigo le propuso vivir juntos y así, hacerse compañía y compartir los gastos.

Maldiciendo a los mil demonios en voz baja, rápidamente apagó el televisor y busco con la mirada un escondite, cuando lo tuvo camino hacia ella, se escondería en el armario, no tenía un cuerpo grande y fue la primera vez que agradeció eso,  así pudo entrar sin complicaciones al sitio, cerró sus puertas silenciosamente e lentitud y mantuvo silencio, intentaba no respirar rápido, pero había algo que no agracia, era ser un omega, porque descubrirían su escondite rápidamente con sus fermonas que tramitan miedo, susto e pánico.

Y segundos después escucho pisadas ya dentro de su apartamento, trago duro ante eso, intento relajarse y no liberar fermonas, luego se escuchaba que buscaban en sus pertenencias. Parecían que estaban destruyendo todo sus pocos cosas y escuchaba sus voces pero no reconocía a ningunos, y como él era una persona que a veces olvidaba que se encontrara en peligro, de una pequeñita rendija del armario se asomó y vió a unos hombres que vestían trajes negros, que parecía muy caros, intuyo que algunos de ellos eran alfas y betas por sus fermonas y estaturas, pero no podía ver sus rostro por la oscuridad. Así que decidió por oír lo que hablaban en susurros.

—No está aquí.

—Sabes que no podemos irnos de aquí, sin llevar a ese chico —dijo uno de esos hombres al otro que hablo primero—. El jefe nos asesinaría a todos —la voz se pudo oir temblorosa al decir esas palabras.