Por favor, abrázame con tus amables y frías manos.
Seguiré protegiéndote.
Por siempre, contigo, dejaré que la blanca nieve caiga sobre mí.
Hay algo especial en estos días previos a la navidad, JiMin solo quiere abrazar a su adorable novio mientras v...
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—Estoy demasiado viejo para esto —murmuró mientras subía a la silla y se estiraba para sacar las cajas sobre el armario.
Las retuvo en sus manos y giró para poder bajar, imposible considerando que apenas podía ver donde estaba parado.
Exasperado llevó la cabeza hacia atrás mientras soltaba un suspiro.
—¡YoonGi! —llamó y escuchó pequeños pasos caminando hacia la habitación.
Desde la puerta se asomaron dos pequeñas orejas puntiagudas, moviéndose hacia el sonido con la mirada más curiosa que podría darle el adorable híbrido.
—¿Jiminnie?
—Ven, necesito ayuda aquí.
El pelinegro se acercó a paso lento y con la corta vista que tenía observó los pies descalzos acercándose mientras la cola negra se balanceaba de un lado a otro.
—¿Por qué estás sin medias?
YoonGi se detuvo en seco, sus agudos ojos observándolo con reproche mal disimulado mientras estiraba los brazos y recibía algunas de las cajas. JiMin no tardó en bajar de la silla mientras arrugaba más el entrecejo cuando notó que solo traía un suéter y unos shorts que dejaban al descubierto sus pálidos muslos.
—Hace calor, Jiminnie.
—¿Calor? Hacen cinco grados afuera.
—Pero no estamos fuera.
La pequeña competencia de miradas fue rota cuando YoonGi se inclinó hacia adelante, apartando las cajas de su camino y dejando un pequeño beso sobre los esponjosos labios, aún así JiMin no cambió de expresión.
—Llevemos las cajas a la sala y te pondrás unos pantalones y medias.
—Pero Jiminnie...
—Si te enfermas...
—Me cuidarás mucho.
No había forma de negar eso, YoonGi sabía perfectamente que sería así y JiMin también, de todas formas negó con la cabeza y le daba una orden silenciosa para que obedeciera, el omega lo hizo. Dejó de mala gana las cajas sobre uno de los sofás y regresó a la habitación, unos minutos después salía bien abrigado y con el rostro enfurruñado.
JiMin no pudo evitar reír ante las expresiones malhumoradas, hizo un pequeño gesto desde donde estaba sentado en la alfombra, palmeando sus muslos ligeramente en una invitación, YoonGi solo lo observó.
Sus orejas de gato se movieron suavemente hacia otra dirección y pudo ver su cola balancearse violentamente de un lado a otro, eso solo significaba una cosa.
No tuvo tiempo de nada cuando el híbrido dio un brinco al sofá más cercano para luego abalanzarse sobre él, hizo lo posible para sujetarlo y no caer sobre su espalda, sus manos fueron a parar sobre la cintura ajena y soltó un quejido cuando su mejilla fue mordida.
