xvii. cafuné

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Cafuné: proviene del portugués y se refiere al acto de acariciar el cabello de alguien para adormecerlo, mimarlo, contemplarlo o relajarlo.

Ambos hombres se asustaron de sobre manera cuando vieron a una agitada y avergonzada Arwen saliendo de aquella cabaña con sus palmas sangrando.

—¿Estas bien? ¿Qué paso?— pregunto Reggie luego de saltar, bajando de la rama del arbol.

—Esta... todo bien. Ya no hay avaricia, no queda nada.

Vinnie le dio un abrazo reconfortante, tratando de calmarla. Sabia lo que sentia enfrentar algo tan inmenso solo. Destrozaba por dentro.

—Vamos a alejarnos de aqui, tomemonos unos dias y luego seguiremos. Falta cada vez menos.

(...)

Vinnie habia abandonado el campamento para ir a buscar mas troncos. El imperturbable invierno torturaba siempre y continuamente.

Arwen sentía que estaban buscando pecados y eliminandonos hace siglos, las huellas de ellos estaban marcados en los tres; más palidos que de costumbre y las ojeras consumian su rostro. Sus alas pasaban de blanco puro a un gris sucio.

Reggie, viendo que su hermano —y ahora protector de la chica— no se encontraba cerca tomo asiento junto a ella, deslizando suavemente su mano por el brazo de la joven.

—No tienes que contar que paso; me aterra imaginar lo que es enfrentar algo asi solo y pronto me tocara, pero estoy a tu lado. Siempre lo estoy.

Arwen giró su rostro, fijando sus ojos en el chico, con el ceño fruncido. — ¿Porque empezamos a enfrentar algo asi solos? Es demasiado.

—Hay pecados que no son para todos, creo que es algo mas bien de conexión y una muerte segura para ellos, aún que más peligroso para nosotros.

La joven resopló, recordando con rencor la imagen de ella misma pero hace un tiempo atras, aceptando hacer algo asi. Ya no se podia arrepentir. Se movió, buscando una posición mas comoda y recostando su cabeza en las piernas del angel, cerrando sus ojos; intentando imaginar que se encontraba en cielo y que todos la estaban recibiendo con gratitud y felicidad. Despues de todo aquel esfuerzo.

El corazón de Reggie dio un salto y una sonrisa nerviosa se le escapo. Dudoso, acerco su mano a la chica, y su pulso se acelero aún mas cuando noto como ella, con sus manos vendadas, tomaba las de él y las acercaba a su boca, dejando que el joven sintiera la calida respiracion de ella y dejando un beso allí.

—Gracias — dijo Arwen.

Reggie no recordaba sentirse tan pleno hace mucho tiempo. Deslizaba sus dedos de ida y vuelta por el cabello de la rubia, una suavidad que sentia que lo podia ahogar.

Era tan perfecta que no lo podia creer. Cuando se dio cuenta que la respiración de ella era lenta y perezosa, teniendo asi la certeza que no se daria cuenta, fijo aún mas su vista.

Contaba cada una de sus pestañas.

Reggie tenia demasiados sentimientos.

Enamorarse cuando estaban matando demonios no sonaba correcto.

vinnie hacker, los demonios de leviatán.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora