stellar wedding

El día de la boda

En uno de los cuartos del castillo lunar perteneciente al Rey Luna se encontraban el Rey Júpiter y el Rey Venus, ambos felices de arreglar los últimos detalles para la boda estelar la cual se hablaría por Miles o tal vez millones de años.

- Jimin querido, te ves tan hermoso — Jin había tapado su boca con ambas manos aguantando las ganas de llorar —.

- Sin duda alguna Yoongi-hyung quedará sin palabras al verte caminar hacia el altar Jiminie — mencionó Tae arreglando el último detalle de su corona—.

Con la elegancia y delicadeza que lo caracterizaban alzó la mirada para verse por fin frente al espejo, era verdad se veía precioso; su rostro había sido tenuemente maquillado resaltando más sus gruesos labios con un labial brilloso, su cabello rubio casi blanco estaba acompañado por su corona de plata con finos diamantes, ambo fueron recolectados de minas provenientes de la tierra para después ser fundidos y formados por el mejor joyero, está corona fue el obsequio de el príncipe Jungkook, príncipe de la Tierra. Su traje fabricado con la más fina seda he igual de blanco como los rayos de luz que emanaba cada noche, el cuello del traje hacía lucir a su cuello más fino y delgado y de los hombres caían parte de la fina tela para formar unas pequeñas capas, en su pecho decoraciones de plata le hacían compañía y para definir su fina cintura un cinturón igual de plata lo abrazaba y formaba, en las mangas de su saco más piedras preciosas le adornaban siendo el final de su conjunto su fino pantalón con estoperoles de plata a sus costados y zapatos de charol blanco. Se sentía más que hermoso, se sentía perfecto tal y como siempre había soñado. Giró sobre sus talones con pequeñas lágrimas amenazando por salir de sus ojos azules encarando a sus amigos mientras que una dulce sonrisa se formaba.

- Gracias chicos

- Oh pequeño ven aquí — corrió Jin para formar un abrazo con el futuro dios lunar —.

- Jiminie recuerda que tu maquillaje puede arruinarse si lloras — mencionó Tae igual al borde de las lágrimas —.

- Es inevitable Tae Tae — con delicadeza limpio una de las lágrimas que salió sin su permiso recorriendo su blanca mejilla —. Por fin es hoy, hoy voy a unirme eternamente con Yoongi, espere más de mil años para que esto pudiera pasar después de tantos fracasos y tanto sufrimiento por fin es el día.

Los contrario asintieron de acuerdo a lo dicho por su mejor amigo, después que los dioses crearon a él y a Yoongi no tuvieron tiempo de conocerse, no hasta después que todas las creaciones estelares fueron terminadas y presentadas en una gran fiesta en los jardines flotantes del universo, todavía lo recuerdan como si hubiera sido ayer un pequeño y precioso Jimin había salido a tomar un poco de aire por sentirse abrumado al ver la cantidad de personas en el salón central de los jardines, ellos al ser sus primeros amigos salieron en su búsqueda sin embargo lo que hallaron fue a su amigo a lo lejos embobado viéndose cara a cara con un chico de su misma estatura he igual de pálido que él pero con el porte y brillo más fuerte que el de su pequeño amigo descubriendo así al Rey Sol, habían escuchado mencionar en toda la velada al famoso chico pero nunca lograron verlo hasta ahora y el tipo no era para nada feo y su pequeño amigo lo había descubierto y al parecer la belleza angelical de su amigo tampoco había pasado desapercibida ante los oscuros ojos del contrario; esa noche ellos fueron los únicos testigos y cómplices del brillo que ambas miradas ajenas reflejaban . Después de ese incidente el Rey Sol en cada puesta se escapaba para admirar desde el jardín de su reino el jardín vecino que se asomaba desde la oscuridad, él sabía que todas las noche el Rey Luna salía a su jardín donde había un sin fin de variadas flores para cuidarlas y proveerles de su brillo estás fueron un obsequio por cumplir su primer milenio de vida de su nuevo amigo (el cuál era en común) el príncipe de la tierra, con el paso de los días su amigo lunar les había comentado en una de sus reuniones nocturnas que hacían que el Rey del sol cada puesta lo observaba y sonreía con su dulce y bella sonrisa de encías rosadas provocando en su noble y dulce corazón una fuerte atracciones que después se convirtió en amor.