Aquel partido había concluído, con la derrota del equipo mexicano ante la selección argentina, pero el alfa mexicano, Guillermo Ochoa tenía otra cosa en mente, conquistar al Omega y delantero argentino, Lionel Messi.
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A la mañana siguiente, el alfa despertó, aún era temprano, cómo 5:00 AM, más o menos.
En unas dos horas se alistaría, pues ese día tenía entrenamiento con su equipo.
Revisó su celular para ver si tenía algún mensaje, y había uno, un mensaje del Omega.
✨🌌 Lionel 🌌✨ - Hey, solo quería darte los buenos días, ojalá hayas dormido bien
Guille 🍪✨ - Gracias, espero que también hayas dormido bien, ten un buen día
Sonrió al ver aquellos mensajes, simplemente no podía sacar más al Omega de su cabeza, todo el día y noche pensando en él y al parecer, se había enamorado.
Muchas preguntas recorrían su cabeza en ese momento ¿Y si no era su destinado? Aunque, eso no podría ser, ya que, el olor del Omega, le era bastante agradable, más de lo normal, y su alfa interior estaba completamente feliz con la presencia del menor.
¿Acaso el menor soportsba su olor? Pues el alfa tenía un olor algo fuerte, exactamente, oliendo a mezcal ¿Acaso el Omega llegaría amarlo? Por más que fuera su destinado, dependía de ambos el acercarse.
Mayormente, cuando una pareja destinada no se junta, el Omega suele sufrir más, pero, al parecer, aquí, era todo lo contrario.
Decidió irse a bañar para distraerse de aquellos pensamientos que tanto lo abrumaban.
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La hora de entrenar llegó, y por suerte, llegó a tiempo, encontrándose con su selección.
- Yo también quiero saber ¿Qué ocurre? - Dijó Guardado.
Pues era muy evidente el sentimiento de tristeza y confusión del alfa, tanto por su olor, más fuerte y embriagante de lo normal, y por su cara, la cual no se molestaba en hacer disimular sus expresiones.
- ...No es nada, simplemente, estoy nervioso, eso es todo -
- ¿Es por el partido con Argentina? -
- ...Puede -
- Memo, no te preocupes, sabes que hiciste un gran trabajo - Dijó Lozano sentándose a su lado - Hiciste suficiente, solo ignora a esa gente -
- ...Gracias Hirving - Dijó dándole una sonrisa al beta.
Después de aquel entrenamiento, Lozano y Memo se quedaron a hablar un rato, así que podría ser sincero con él.
- Oye Hirving -
- ¿Qué pasa Memo? -
- ¿Te acuerdas que...hace rato te dije que estaba triste por el partido que tuvimos? -
- Si ¿Qué hay de eso? -
- Pues, si estoy algo triste por eso, pero, también...es algo más -
- A chinga ¿Qué pasó? -
- ...Eh... - Miró a otro lado - Creo que encontré a mi destinado... -
El beta quedó boquiabierto ¿Era verdad lo que estaba escuchando? Al parecer sí, pero aún seguía sorprendido, puesto que encontrar a esa persona destinada era muy difícil, y podría llevar mucho tiempo, incluso si se juntaran antes, probablemente se darían cuenta mucho tiempo después.
- ¿Estás seguro...? -
- Si, lo estoy, es que...ay, no puedo expresarme bien, lo siento -
- No te preocupes, pero ¿Quién es? ¿Es acaso alguien de la selección? -
- No, no es ninguno de la selección, no es mexicano de hecho -
- ...Entonces... -
El alfa estaba a punto de decir algo más, pero el director técnico los llamó a ambos, para ir con el equipo, así que tuvieron que dejar de hablar de eso e ir con el equipo.
El alfa se seguía sintiendo nervioso, pero, por alguna razón, se sentía seguro contándole las cosas al beta.
La selección estaba regresando a su hotel, el alfa solo quería dormir y descansar, nada más, pero el Omega no salía de su mente, él sabía, sabía que estaba enamorado del argentino, pero aún había algo en duda, acaso, aquel Omega ¿Sentía lo mismo? O ¿Acaso sabía que el mexicano podría ser su destinado?
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