Hay canciones que son auténticas máquinas de tiempo,
Se está volviendo mi himno,
Y es que, no estás aquí ni en persona ni en letras,
Pero en evocarla me hace ver tu recuerdo en mi mente.Recuerde ese sábado, no debía estar ahí,
No te conocía y en el grupo no estabas,
Pero llegaste, con la sonrisa más linda,
Con los ojitos dulces caramelo,
Y esa naricita bien respingadita.Aunque tímido al comienzo, de estar al frente estabas alado,
Y mi mano como caballero se alzó a ti,
Y sin decirlo, sabías mi intención,
Nos juntamos y el baile comenzó.No soy bailarín pero me sé esos dos,
Y yo fui tú guía, miraste al suelo,
Para sincronizar los pasos,
Y en mi mente te besaba.Uno y dos, de izquierda a derecha,
Y luego esa vueltita,
Mis manos temblaban y tú ahí tan perfecto.Pero tenías que irte,
Y mi miedo gano,
No tuve el valor de pedirte el número,
Y así no estás ahora,
Pero cada que la escuche te veré...