Un año antes...
CHAEYOUNG:
Me encontraba expectante mirando mi alrededor mientras iba en el coche de mi familia. En el cual íbamos, mi padre (él iba conduciendo), mi madre (que se encontraba en el asiento del copiloto) y yo en los asientos de atrás (el cual compartía con varias cajas a mi lado amontonadas).
Nos estábamos mudando de ciudad, ya que el trabajo de mi padre requería que nos mudáramos constantemente sin previo aviso y sin poder decidir el destino. Esta vez nos tocó en mi país natal, Corea del Sur. Hacía ya por lo menos 3 años que no pisaba este sitio. En verdad necesitaba volver a mis orígenes. Seúl iba a ser nuestra nueva casa. Una ciudad grande, con muchísima gente, tecnológica y sobre todo bonita. ¿Qué más podríamos pedir?
Nos dirigíamos a nuestra nueva casa, que se encontraba en uno de los mejores barrios de Seúl. Tardamos unos 10 minutos más en el coche en pleno silencio, hasta que mi padre habló por primera vez en todo el viaje.
- Ya hemos llegado. ¿A que es bonito?- Dijo para después estacionar el coche delante una casa bastante moderna y grande. Era de un color gris claro, con una puesta doble de un color blanco cremoso. - Vayamos entonces.- Dijo mi madre para, acto seguido, abrir la puerta del coche y salir en dirección a la puerta de esa casa. Mi padre le imito, y me vi obligada a hacer lo mismo que ellos habían hecho.
- Es hermosa.- Dijo mi padre sonriéndole a mi madre. - Verdad que sí. - Respondió mi madre sonriéndole de vuelta y mirándome a los ojos en espera de que yo también diese mi opinión. - Sí, si lo es...- Me vi forzada a decir para contentar a mis padres mientras sonreía falsamente.
No, no estaba nada feliz por estar aquí. Si es verdad que era un sitio que añoraba, pero me costaba demasiado el dejar todo lo que construimos en la anterior ciudad, para ahora, tener que venir a un lugar completamente diferente y esperar que todo sea igual. Siempre tenía la esperanza de que nos quedáramos aquí para siempre, o al menos una temporada larga, pero esas ilusiones se esfumaron demasiado rápido...
Al entrar a nuestra nueva casa, pude percibir un olor a frambuesa (el ambientador, supongo) y que toda la casa estaba ya amueblada, como si ya hubiésemos estado aquí antes.
- Chaeyoung cariño, escoge el cuarto que quieras y ves instalándote.- Dijo mi madre sonriéndome y a la vez, haciéndome un gesto con la cabeza para que subiese al segundo piso. Asentí y recogí mis cosas para subir y escoger uno de los tres cuartos que había. Escogí uno que se encontraba al final del pasillo y el cual me maravillo por el simple y hermoso hecho de que tenía un tragaluz por el cual se podía ver el cielo azul.
Ya habían pasado más de tres horas en las cuales lo único que hice fue ordenar y ordenar. Puse toda mi ropa en su sitio y decoré un poco el cuarto con mis libros y pósteres de mis artistas favoritos. Me senté en la cama (que era de lo más cómoda) y me puse a leer uno de mis libros favoritos. No mire el móvil en todo el día, porque tampoco tenía ningún mensaje que esperar, ya que hacía tanto tiempo que no tenía amigos ni gente que realmente me importase o que yo les importase para que me dedicaran unos segundos de su vida y escribirme un mensaje. Tampoco me entristecía el hecho de que no tenga amigos, en parte era porque nunca me quedaba el tiempo suficiente para poder socializar.
Pasé horas y horas leyendo, que ni siquiera fui a cenar porque me quedé dormida mientras leía.
Al día siguiente...
Me desperté y lo primero que hice fue dirigirme hasta la cocina para encontrar una nota en la encimera.
"Cariño, lo siento por no poder estar contigo esta mañana, papá y yo hemos salido temprano para arreglar unas cosas de la empresa y estar conscientes de tu ingreso al instituto y todas esas cosas aburridas. Te dejo dinero para que vayas a comprarte algo de desayunar. Las llaves de casa se encuentran en el descansillo."
Suspiré sonoramente. No me podía creer que llevábamos unas cuantas horas en esta ciudad y ya me habían dejado a mi suerte. Me dirigí a mi cuarto de nuevo, pero esta vez para cambiarme, para salir a algún café y poder desayunar decentemente. Bajé, cogí el dinero y las llaves, salí por la puerta y cerré con llave la casa.
Llevaba 5 minutos caminando hasta que visualicé una cafetería la cual tenía muy buena pinta. Me dispuse a entrar en ella. Era una cafetería bastante pequeña, pero muy acogedora. Las paredes eran de tonos marrones y crema, el ambiente tenía olor muy fuerte a pastas y sobre todo a café. Me puse en la cola. Solo había una persona a la cual estaban atendiendo. Pasaron 2 minutos y llegó mi turno. Me quedé fascinada por la dependienta que se encontraba atendiéndome, era hermosa. Era de tez blanca, con unos ojos marrones hermosos, igual que su pelo que le llegaba poco más abajo de los hombros, tenía varios lunares, los cuales destacaban dos de entre todos, uno arriba de su labio superior a la derecha y otro en la parte superior de su nariz en la parte izquierda de su cara. Era considerablemente más alta que yo, lo cual no me sorprende porque yo soy muy bajita.
- Buenos días señorita. ¿Qué desea pedir? - Dijo con la voz más dulce que había escuchado. Me quedé sin palabras, de verdad que era hermosa.
- ¿Señorita? - Volvió a preguntar sacándome de mi trance haciendo que reaccione. - Me gustaría pedir un caramel macchiato, por favor...- Dije con pena mientras que bajaba la cabeza y sonreía levemente. - Está bien. - Dijo ella para irse y comenzar a preparar mi orden. Fije mi mirada en ella y todos sus movimientos, era muy delicada con cada movimiento que hacía, me encantaba.
Después de 4 minutos terminó con mi pedido. Se aproximó hacia donde yo estaba de nuevo para entregarme el pedido. - Serán 3500 wones por favor. - Dijo mirándome seriamente. - Aquí tiene.- Le dije entregando el dinero. Me dio mi bebida en mano, haciendo que nuestras manos rozaran y acto seguido levantamos las dos nuestra cabeza para mirarnos fijamente a los ojos.
- Gracias.- Dije, y desvié mi mirada hacia un cartelito que tienes enganchado en el uniforme el cual ponía su nombre. - Gracias Mina. - Dije de nuevo sonriéndole, a lo que ella respondió sonriéndome de vuelta.
Tenía claro que hoy no iba a ser la última vez que iría a esa cafetería...
MINA
Cuando rozamos las manos sentí una corriente eléctrica que hacía que me sintiese genial en el acto. Era algo que no me pasa frecuentemente, me sorprendió bastante hasta el punto que estuve sonriendo todo el dia al recordar a aquella chica, cuyo nombre desconozco.
Mina concéntrate en el trabajo y deja de observar a la chica de una vez. Me suplique a mi misma, porque ese mismo dia estaba mi supervisor y no quería ningún regaño por su parte.
- Mina. ¿Estas bien?- Me llamó la atención Nayeon, ella era una compañera de trabajo. - Emmm... Si, tranquila. Solo estaba un poco distraída... - Dije restándole importancia a la situación.
Mis días eran una rutina ordinaria de la cual era imposible salir de ella. Estaba sinceramente amargada. Me levanto, desayuno, voy al instituto, me paso todo el dia alli hincando codos aunque no era muy efectivo y por la tarde trabajaba, llegaba a casa hacia la tarea que me habían dejado y me iba a dormir. Todos los días igual. Pero hoy era "diferente" ya que apareció un cliente nuevo en el café la cual me llamó mucho, pero que mucho la atención. Me hubiese gustado hablar más con ella, haberla invitado a un café y charlar, como amigas. Sinceramente no sé si lo que sentía era atracción o curiosidad. Mina ella no te atrae nada, tienes novio y eres hetero. Dejate de tonterias. Me dije para tranquilizarme y zafarme de aquellos pensamientos intrusivos que no me permitian hacer mi trabajo con normalidad.
A mi nunca me podría gustar una chica. Vaya tonteria.
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Golden Hour『Michaeng 』
Fanfiction- No necesito ninguna luz para verte brillar...- Myoui Mina es una adolescente la cual no le ve color a la vida. Está tan cansada de su rutina diaria y ordinaria que lo único que quiere hacer es desaparecer al menos unos instantes. Son Chaeyoung e...