I got a taste for men who are older

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Desde muy joven Louis supo que él no quería seguir el camino de su madre

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Desde muy joven Louis supo que él no quería seguir el camino de su madre. Ser un Omega de clase media baja, cuidar de siete hijos y de un alfa con escaso sueldo, hacerse cargo de la casa y sufrir en silencio porque es el deber de un Omega.

No había ningún problema en aborrecer la vida de su madre, por supuesto. Él conocía a cientos de Omegas que deseaban superarse a sí mismos, que soñaban con una vida mejor, en la ciudad donde habían muchas más posibilidades de empezar una buena vida desde cero.

El verdadero problema era que Louis tampoco compartía esos sueños. Louis no quería ir a la universidad, no quería tener que trabajar día y noche para llegar a penas a fin de mes cómo sus padres. El sueño de Louis era no esforzarse, no hacer nada, solo... Ser Louis. Ser feliz siendo Louis.

Cuando tenía dieciséis años su madrina le había dicho algo que lo marcó para siempre; "Si no quieres esforzarte yendo a la universidad como tus primas y hermanas, entonces comienza a enfocarte en tu belleza."

Solo bastó una semana entera pensando en esas palabras, para comenzar a buscar pequeñas agencias de modelaje que encontró en dónde vivía, su alimentación cambió por completo, el poco dinero que sus padres le daban para comprar libros, Louis lo gastaba en ropa que, no era de tan buena calidad, pero que en su hermoso cuerpo lucían como si lo fueran. Gastaba en mascarillas, gloss, books de fotos, zapatos y cigarrillos.

Un Omega tan hermoso y joven causaba locura entre los fotógrafos de las agencias, ofreciéndose a fotografiarlo sin nada a cambio. Bueno, si hablábamos de dinero. Su rostro se iba haciendo conocido cada vez más, Louis había dejado sus estudios para centrarse solamente en el modelaje, cuando lo llamaron para su primera pasarela festejó de la mejor manera con su entonces novio, Harry, que era un apenas conocido fotógrafo que vivía en la ciudad.

Louis tuvo una pequeña historia con aquel rizado, fue su primer novio, el que lo llevó a conocer más allá de su diminuto pueblo, Louis había visto un edificio por primera vez gracias a Harry. Sin embargo, Louis no lo amaba como tal, y en cuanto puertas más grandes se abrieron para Louis en el mundo del modelaje, lo dejó.

El Omega lo aprecia, de verdad, lo guarda en un pedacito de su corazón.

Para sus veinte años, Louis ya estaba aburrido. Amaba ser uno de los Omegas más bonitos de Londres, por su puesto, tenía demasiados privilegios por serlo. Sin embargo, no era exactamente lo que quería, siempre era la misma rutina, siempre eran los mismos hombres que buscaban meterse entre sus piernas y ninguno cumplía con los estándares de Louis. Que no eran de belleza, para nada. A Louis le gustaban los futbolistas.

No era una novedad, él y todos sus amigos de su niñez siempre supieron sobre su gusto por los jugadores de fútbol. Louis además de tener pósters de sus cantantes favoritos, también tenía algunos de la selección inglesa de aquél entonces, algunos de Brasil, otros de Argentina.
Le gustaba ese deporte, aunque muchos decían que era solo para Alfas, Louis a veces lo jugaba con sus amigos por la tarde, a veces lo tenía que hacer a escondidas porque en la agencia no le permitían practicar un deporte tan masculino, supuestamente porque éste podría deformar su cuerpo.

We can scape to the great sunshine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora