Intentaba matar el tiempo lo más rápido posible. Las horas pasaban y su esposo no llegaba a la casa, Louis ya había preparado unas galletas con mucho esfuerzo, él no era muy bueno en la cocina pero dió lo mejor de sí. Tenía planeado para esa tarde merendar con su Alfa, pasar tiempo juntos en el sofá de la sala y tal vez mirar alguna película sobre psicología, crímenes, hechos reales, de todas formas la pareja compartía el mismo gusto en libros y películas.
Sus planes terminaron en la basura, cómo también sus galletas. La hora de la cena estaba cerca, con Emiliano habían arreglado la noche anterior que el Alfa sería el chef, cocinando unas pastas caseras.
Por supuesto que el Omega no se encontraba para nada feliz con la situación, incluso sacó las almohadas del lado donde su esposo dormía, ¡Ni siquiera quería dormir con ese mentiroso!
Louis se duchó estando aún enojado, calentó una salsa que encontró en su refrigerador y comió eso, solo, mirando directamente a la puerta, listo para saltar sobre el Alfa cuando llegara y pedirle explicaciones inmediatas, lo amenazaría con tirarle todas sus pertenencias favoritas, le haría una escena digna de un Oscar.
¡Y los minutos pasaban y él seguía en la misma posición! Solo que esta vez con una taza de té en la mano, no movía sus ojos de la entrada del hogar, ni siquiera el más mínimo ruido se le escapaba. Es que no lo podía permitir, estaban casados... ¡Ni una llamada!
Su taza de té estaba casi por terminar cuando por fin el Alfa apareció, con la sonrisa más boba y gigantesca que Louis alguna vez vió en el rostro de su esposo.
- ¿Dónde estabas Damián? - Dejó su taza a un lado, con su expresión más enojada, aún así Emiliano seguía sonriendo, parado en la entrada de la cocina.
Louis vió como su Alfa abría sus brazos, sin borrar la ahora molesta sonrisa. El Omega no comprendía bien lo que su esposo quería, ni siquiera había dicho palabra, era un poco aterrador. Louis alzó sus cejas, buscando que el contrario le explicara bien a qué estaba jugando, por qué tenía esa enorme sonrisa que parecía no irse con nada.
- ¡Me convocaron para la selección!
Las cejas del menor no podían estar más arriba, de repente la alegría y la enorme sonrisa que su marido tenía también se le pegaron, saltando con emoción a los brazos de Emiliano, que lo alzó en el aire y le repartía besos por todo su rostro. - ¡Voy a estar en la selección!
Louis no podía hablar. Su Alfa había soñado con ser parte de la selección Argentina desde antes de conocer a Louis, siempre le platicaba cómo le hacía ilusión atajar alguna vez para su país. El Omega tomó el rostro de su esposo, dándole un beso suave en los labios, sonriendo por la buena noticia. Siguió repartiendo besitos por todo el rostro del Alfa y éste se los devolvía gustoso, aún sosteniéndolo en el aire. Hasta que el Omega recordó que hace unos minutos estaba furioso, así que le dió una palmadita en el hombro a Emi, pidiendo que lo bajara.
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We can scape to the great sunshine
FanfictionLouis es un Omega recientemente casado, que está viviendo la vida que siempre soñó en aquella casucha dónde solía vivir en su niñez. Una vida llena de lujos, siendo joven y hermoso, con un Alfa que cumplía con todas sus fantasias más húmedas. Las...