𝟭.𝟭𝟮 ━━ ❝ 𝙇𝘼 𝙍𝙀𝙎𝘼𝘾𝘼 ❞

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🇪🇸 Barcelona, España 📍Hospital 🗓️ 27 de junio del 2022REAL LIFE & INSTAGRAM

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🇪🇸 Barcelona, España
📍Hospital
🗓️ 27 de junio del 2022
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LAS PUNZADAS A LOS COSTADOS DE MI CABEZA eran muy repetitivos y dolorosos, llegó un momento donde perdí la cuenta de cuánto tiempo había estado intentando deshacerme de ellas

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LAS PUNZADAS A LOS COSTADOS DE MI CABEZA eran muy repetitivos y dolorosos, llegó un momento donde perdí la cuenta de cuánto tiempo había estado intentando deshacerme de ellas. Me entere de lo necesitado que estaba mi estómago, cuando el dolor y las náuseas que sentía en el, no me permitieron moverme ni un milímetro. Quería acabar con la sequedad que mi garganta sentía, pero a pesar de ello, mi cuerpo no me permitía hacer algo... más bien, no tenía ganas de hacer algo para combatir eso.

Ejercí la mayor fuerza que pude en mis ojos, intente abrirlos de mil maneras posibles, no sabía si eran las lagañas que habían tomado vida y los estaban cerrando, o era mi cuerpo pidiéndome un descanso más decente. Con decente me refiero a todo lo contrario de lo que estaba haciendo. No sabía en qué posición estaba, pero mi espalda estaba a un movimiento de tronar y no de una manera satisfactoria.

Mi mano derecha pasó por toda mi cara para quitar cualquier cosa que se encontrara en ella, le digo así por no alargarlo tanto como la baba que pasaba desde mis comisuras hasta mis mejillas.

Una vez mis ojos se sintieron con la libertad de abrirse, no lo intente una vez, lo intente tres veces por culpa de la luz que estaba encima de mi y que, al chocar con mis párpados, me cegaba.

Por instinto-no por ser egocéntrica-, lo primero en lo que me fije fue en mi vestimenta, y confirme lo que sospechaba, seguía trayendo la ropa de La Velada, pero con una diferencia, la chamarra que estaba sobrepuesta sobre mis hombros no me pertenecía.

Después, mi mirada recorrió la habitación en la que me encontraba. Sin embargo, no alcance a ver más allá de las paredes blancas para cuando algo apretó, levemente, mi única mano desocupada. El ceño se frunció como nunca lo había hecho con solo ver a Iván, recostado en una camilla, con un yeso cubriendo la mitad de su pierna.

Eso fue suficiente para darme cuenta del lugar en el que, por cosas de la vida, había terminado: Un hospital.

Spreen se encontraba pasando por su quinto sueño, algo que no quise interrumpir porque se veía muy relajado. Su cabeza caída en mi dirección, un leve puchero pasaba por su boca, no supe si estaba loca, pero juro que sus pestañas son cada día más largas.

𝗠𝗔𝗟𝗔𝗦 𝗗𝗘𝗖𝗜𝗦𝗜𝗢𝗡𝗘𝗦; SpreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora